«Vivimos en el centro de Barakaldo y esto es un infierno que va a peor»

El último sucedió este pasado sábado, con una pelea multitudinaria que acabó con diez identificados y un herido. Una semana antes, un joven fue detenido por agredir a otro hombre con un arma blanca. Sucesos que, según los vecinos, «no son aislados». «Vivimos en el centro de Barakaldo y esto es un infierno que va a peor», ha declarado a este diario Mikel Arteaga, quien reside pegado a la discoteca, y quien «por salud mental y también física» duerme fuera los viernes y sábados, en su furgoneta camper. «En toda la calle siempre hay ruido, toda la semana, pero sobre todo la discoteca es una fuente de enfermedad permanente, por la contaminación acústica y lo que genera».

Él mismo inició en 2023 una campaña para reunir a todas las familias afectadas, y una veintena de ellas respondieron, relatando sus problemas para conciliar el sueño. «Como tengas que irte a trabajar o volver de noche es muy desagradable. Yo he llegado a ver en la calle escenas de violencia terribles, a una persona inconsciente durante varios minutos en el suelo», ha relatado, asegurando que más presencia policial «disuadiría mucho».

Vecinos como Aitor Fernández reclaman que esta actividad se prohíba en los centros urbanos. Esto mismo también lo piden desde la agrupación 'Barakaldo Centro', que ya acudió con estas quejas al Ararteko. «Por mucho que pongas denuncias en el Ayuntamiento, como lo llevo haciendo yo desde 2017, no cambia nada, y es algo que desespera», declaró Oihane Ibáñez, dueña de una pensión familiar, quien afirma que existen normas «para una buena convivencia» con la hostelería, «que no se cumplen».

El Consistorio asegura que realiza «frecuentes inspecciones» en los negocios de Zaballa, y que a raíz de ello ha habido sanciones y cierres, también locales que han mejorado su insonorización. Además, reconoce que, pese a que se han hecho refuerzos los fines de semana, el déficit «de más de 20 agentes», hace «imposible» atender «todas las necesidades que se puedan dar». El dueño de la discoteca, José Luis Vázquez, ha afirmado a EL CORREO que cada vez que se personan en su local para hacer mediciones «todo está bien». Respecto a los incidentes en la calle, declara que «normalmente» están detrás jóvenes problemáticos «a los que no se deja entrar y van a liarla». «Nos tiran botellas. Cuando llamamos a la Policía no aparece, y la Ertzaintza viene tarde», ha denunciado.