La vigilancia y la prohibición de tomar el sol hacen caer la afluencia en la playa de La Arena

Para evitar que la situación se agrave, agentes de la Ertzaintza, la Policía Local de Muskiz y voluntarios de Protección Civil de esta misma localidad han iniciado una vigilancia constante del entorno de La Arena, informando de la medida a los usuarios. Su labor será informativa, si bien desobedecer los decretos de Alcaldía lanzados este viernes que impiden permanecer quieto en la playa suponen incumplir las medidas del Estado de Alarma, por lo que acarrearían la misma sanción que saltarse el confinamiento (a partir de 600 euros).

«El dispositivo estará sobre todo en los accesos por carretera para evitar una masificación, ya que los problemas pueden llegar hasta la autopista», ha señalado el jefe de la Ertzainetxea de Muskiz, Fernando Peña. El mando policial ha advertido que en los momentos en los que se observe una masificación en la playa se cortará la entrada de vehículos, y se hará volver a los conductores por donde han llegado. «Iremos incrementando el número de patrullas en base a la problemática que vaya surgiendo, y contaremos con el apoyo de la Policía Municipal de Muskiz», ha detallado.

Peña ha apuntado que tratarán de ser «flexibles» con la gente que aparque en los arcenes, siempre y cuando los vehículos no supongan un peligro en la calzada. «Si no están debidamente estacionados tendremos que sancionar», ha añadido. Agentes uniformados de la Ertzaintza, así como el vehículo de Protección Civil de Muskiz, han recorrido esta mañana la zona del arenal informando a los usuarios que tomaban el sol sin moverse del sitio. El varios casos los policías se han acercado hasta usuarios individuales para explicarles la medida, haciéndoles retirar toallas y sillas. «Les he visto por la zona aunque no llegaba a oírles desde donde estaba», ha explicado uno de los bañistas, Fernando Tobar, cuando se marchaba ya del arenal. En su caso llevaba una sombrilla para proteger del sol a una niña pequeña y a una mujer embarazada. Por su parte, aunque solo ha ido a pasear por la playa, la vecina de Muskiz Olga Velasco ha señalado que era difícil no estar cerca de la gente cuando se caminaba por la orilla. «Yo llevaba los brazos separados sujetando las zapatillas y aún así alguna persona se te acaba acercando», ha apuntado.

Más allá de los problemas de masificación en la playa, el tráfico también ha estado un poco más relajado este viernes en el entorno de Zierbena después de las decenas de multas por aparcar en plazas reservadas para residentes que se han estado poniendo esta semana. «El tráfico ahora va a rachas», ha explicado la vigilante encargada de informar a los vehículos de los aparcamientos disponibles y de impedir que den vueltas por el municipio buscando aparcamiento. El Ayuntamiento de Zierbena continúa manteniendo cerrado el parking más próximo al arenal, pese a que el departamento de Costas del Gobierno de España le ha instado hace días a que lo abra. El subdelegado del Gobierno en Bizkaia, Vicente Reyes, ha criticado la decisión unilateral del Consistorio a la hora de cerrarlo y ha advertido que se trata de unas instalaciones de todos los vizcaínos, «que todos tienen derecho a utilizar».

«No nos metemos en las medidas de prevención sanitarias, pero el Ayuntamiento tiene que elaborar un plan que garantice la seguridad y que permita hacer uso del entorno a todos los colectivos», ha reivindicado Reyes, quien ha recordado que el estacionamiento cuenta con plazas para personas con discapacidad que actualmente podrían tener problemas para acceder al arenal. El alcalde de Zierbena, Iñigo Ortuzar, ha avanzado que abrirán el parking este próximo lunes y ha manifestado que responderán a los requerimientos enviados por Costas, si bien también les ha hecho responsables de las consecuencias sanitarias que pueda acarrear la apertura del parking.

Por su parte el alcalde de Muskiz, Borja Liaño, ha permanecido este viernes atento a la evolución del estado de la playa tras el decreto de alcaldía que solo permite practicar deportes individuales, caminar por la arena o darse un baño recreativo. «El mensaje ha ido llegando y las afluencias parece que se han reducido», ha valorado. Según ha apuntado, la prohibición de permanecer sobre las toallas también se extiende a la zona ajardinada de las marismas del Barbadún, aunque allí por el momento la saturación es mucho menor y los grupos de personas se encuentra dispersos.

Liaño ha apuntado que la prohibición seguirá vigente en un principio hasta el día 15, cuando estén disponibles los socorristas y se puedan regular las afluencias mediante algún sistema semafórico que advierta sobre la cantidad de personas en el arenal. El alcalde ha destacado también que su municipio será solidario y tratará de acoger a las personas que quieran visitar la playa, aunque se tratará de controlar que los vehículos no aparquen generando molestias a la circulación o afectando a espacios naturales como el de las marismas. «Estamos siendo flexibles pero todos tenemos que ser un poco responsables y no podemos permitir que haya zonas invadidas», ha planteado.

En el entorno de Pobeña (Muskiz) este viernes ya estaban abiertos varios locales hosteleros, como el Txiki que acaba de levantar las persianas. «Es el primer día y tenemos trabajo, aunque se vende un tercio de pintxos que otros años», ha explicado un trabajador, Javier Sanvicente. Un vendedor de helados de la zona, por su parte, ha incidido en la bajada importante de afluencia a la playa respecto a estos días previos.