![«La vida que nos tocó fue muy dura, empezábamos a trabajar siendo unas niñas»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/06/18/amama-sodupe-k0I-U220475315359y5B-1200x840@El%20Correo.jpg)
![«La vida que nos tocó fue muy dura, empezábamos a trabajar siendo unas niñas»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/06/18/amama-sodupe-k0I-U220475315359y5B-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Sin libertad para expresar lo que sentían, para disfrutar a su manera, para poder conducir, tener una mejor educación o salir a conocer mundo. La vida en cualquier rincón del país era muy distinta hace décadas a la de ahora, y de eso han dado cuenta una treintena de veteranas vecinas de Las Encartaciones, entre ellas María Teresa Vargas, Lucena Alniero, Arantza Gómez-Basaguren, Antonia Ormaetxea, Feli Veloso, María Penas, Isabel Lasa, Angelina del Castillo, Ana María Redondo, Hermila Miguelez y Marisa Monge, que han ofrecido una auténtica clase de historia a unos alumnos muy especiales, sus propios nietos.
Estas antiguas trabajadoras de las diversas industrias del Cadagua, se han puesto delante de una cámara, frente a 53 alumnos de 4º de la ESO del instituto Eretzaberri del núcleo de Sodupe, en el municipio de Güeñes, para elaborar un documental con sus duros testimonios. Una pieza que forma parte de la segunda edición de 'Amama Influencer', proyecto de recuperación de la memoria histórica femenina por parte de la comunidad educativa, impulsado por el Museo de Las Encartaciones, perteneciente a las Juntas Generales de Bizkaia, que ha puesto el broche final con un homenaje a las grandes protagonistas, quienes con su valentía y coraje han impulsado los cambios que han terminado por transformar a la sociedad.
Este trabajo ha servido para dar voz a testimonios silenciados, a realidades ahora impensables, como el hecho de que debían enfrentarse a su primera experiencia laboral muy jóvenes, para poder aportar a la economía doméstica. «La vida que nos tocó fue muy dura, empezábamos a trabajar siendo unas niñas», repitieron varias en la pieza audiovisual tras ser cuestionadas por su juventud. Alguna con 11 años ya ejercía de ayudante en una pastelería, y otra con 8 se quedaba sin ir al colegio para poder hacer la comida mientras sus padres trabajaban en campo. La guerra también les marcó. «Mi padre estuvo escondido, haciendo trincheras. A un tío le fusilaron».
Las amamas, muchas de ellas llegadas desde distintos puntos de España y también de otros países hace varias décadas, como Bulgaria o Ecuador, en busca de un futuro mejor, se han convertido durante semanas en las referentes o 'influencers' de sus nietos. Ese fue el caso de Ana María Laiseka, nacida en Sodupe hace 77 años, antigua trabajadora de la desaparecida fábrica de La Conchita, una de las empresas textiles más importantes de Bizkaia. «Empecé con 16, ya un poco mayorcita para la época. Había muchas que entraban antes de los 14 y se escuchaba entonces que si iban los inspectores las escondían para que nos las vieran», ha relatado, después de contarle todo a su nieto, Aner Pascual. «Ahora todo ha cambiado completamente pero yo estoy con la juventud. Hay que disfrutar».
Quien reconoce que no pudo divertirse apenas siendo una adolescente es Angelina del Castillo, nacida en la localidad cántabra de Mataporquera, y que durante 35 años trabajó en el comedor del colegio de Alonsotegi. «Yo no tuve juventud, en aquellos años todo estaba prohibido para las mujeres, y solo podíamos trabajar y trabajar. No sé lo que es divertirse ni tener vacaciones ni nada», ha relatado a este periódico con resignación. Después de todo lo vivido recomienda a las nuevas generaciones «luchar por los derechos» y también «ser buenas persona».
Participar en este proyecto le ha parecido «interesante», ya que les ha permitido a muchas «contar cosas de las que antes no se podía hablar». «Además es un recuerdo que les va a quedar a los jóvenes para toda la vida», ha añadido junto a su nieto, Joel Gutiérrez. «Me ha gustado mucho poder participar con mi abuela en este proyecto, más enrollado, y disfrutarlo, y me he enterado de cosas y detalles que no sabía. Nos hemos dado cuenta que antes las mujeres no tenían la libertad de poder sacarse el carnet de conducir o trabajar estando casada. Valoro que hemos avanzado mucho y gracias a ellas».
Este proyecto se engloba dentro del II Plan de Igualdad de Hombres y Mujeres de las Juntas Generales de Bizkaia, ya que una de la líneas de actuación del plan es el empoderamiento colectivo y social de las mujeres, para impulsar el reconocimiento de la aportación que las mujeres han hecho al desarrollo del territorio.
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