Denuncian el constante mal olor en el entorno del vertedero de Artigas

Ubicado a escasos metros del término municipal de Alonsotegi se encuentra el barranco de Artigas. Un lugar que concentra varias infraestructuras dedicadas al tratamiento de residuos. Un ecoparque constituido por una planta de compostaje, otra de tratamiento mecánico biológico, una incineradora y un vertedero. Este último se encarga de gestionar los deshechos de buena parte de Bizkaia. Los vecinos y el Consistorio apuntan a estas instalaciones como origen del hedor que llega hasta Alonsotegi e incluso hasta Zorroza, según apuntan los vecinos.

Muchos residentes se han acostumbrado al 'aroma' hasta el punto de no ser conscientes de él. Pero otros afirman que es algo «insoportable» y que tras las lluvias intensas de la pasada semana se ha acrecentado el problema. Los conductores que pasan por la variante que une la capital vizcaína con Balmaseda también perciben el hedor.

Vecinos y Ayuntamiento no se ponen de acuerdo, sin embargo, a la hora de establecer el origen de esta «peste». Unos, los más, culpan al vertedero, mientras que otros lo sitúan en la incineradora. Las quejas por la situación han llegado hasta la Administración local. Fuentes municipales corroboran que tienen «constancia del malestar general de los vecinos» y que ya están «tomando medidas». El concejal de Medio Ambiente, Balbino Álvarez, confirma que «es bastante habitual el olor» y asume que «procede del barranco de Artigas». Aunque apunta a que no siempre se manifiesta con la misma intensidad: «Depende mucho de si la atmósfera está cargada, si hay niebla o viento que lo arrastre».

Ante este panorama, el Consistorio ha decidido mover ficha y reunirse la próxima semana con técnicos especializados para «identificar qué es lo que provoca el mal olor». En ese primer encuentro, que se desarrollará dentro del Ayuntamiento, tratarán de atajar el problema «localizando su origen».

Por su parte, la Diputación de Bizkaia, tras haber instalado equipos de medición en distintas partes del ecoparque, descarta «como focos de los malos olores las plantas de tratamiento mecánico biológico y la incineradora» y determina que «el origen podría encontrarse en el entorno del vertedero». Un espacio que tiene una previsión de vida útil de 30 años. Después de haber realizado este primer análisis de la situación, Garbiker, la empresa pública encargada de la gestión de residuos, asegura haber tomado «medidas complementarias a las que venían desarrollándose dentro de la operativa del vertedero». Entre ellas, la cobertura de las zona de trabajo en la celda activa del vertedero, así como en el área superior y en las arquetas situadas en el lugar de descargas de cisternas de lixiviados. Estos son, los líquidos, generalmente tóxicos, que se desprenden de los residuos.