Vecinos de una barriada de Santurtzi exigen obras inmediatas: «Llevamos diez años protestando por las humedades»

Los vecinos, sin embargo, reprochan al Consistorio marinero, la tardanza de las obras. «En 2021 nos dijeron que estaría terminado en 2023, y todavía no han empezado. Ahora dicen que quizá concluirá en 2025 o incluso 2026», lamenta Arantxa del Castillo. Esta residente, sin embargo, se muestra ilusionada. «¿Ascensor, fachada, tejado y todo? Con lo bonitas que son las casas, será una maravilla, luego va a quedar impresionante», añade.

La «falta de comodidad» en esta zona de Santurtzi ha hecho que algunos vecinos opten por buscar otro lugar de residencia conforme pasan los años. «Hay quienes se han tenido que marchar a residencias porque no pueden acceder a su casa, y eso a mí me duele», comenta Del Castillo, quien compró su vivienda en esta barriada por el cariño que le tenía a este núcleo de Kabiezes. «Mi abuela vivía aquí, mis hermanos nacieron aquí... Soy la tercera generación». Sin embargo, la situación «da pena», añade, «y eso que hace unos años se hizo accesible parte del barrio con nuevas rampas, pero todo eso era campa y escaleras», recuerda. «Ahora pueden entrar las ambulancias, antes no». «Esto se tenía que haber hecho hace mucho tiempo, tendría que estar reformado ya».

El problema de las barreras arquitectónicas se ha convertido en un quebradero de cabeza. «Hay vecinos de más de 90 años que no pueden salir de casa. El otro día vino una ambulancia para llevarse a una mujer y no podían subir la camilla porque no entran de lo estrechas que son las escaleras, la tuvieron que bajar en silla de ruedas», explica Del Castillo. «Debería haber ascensores para que los mayores puedan subir y bajar sin problema», añade Vanesa Martínez, que lleva un año viviendo en esta barriada y ha comprobado que «hay mucha humedad». Lo mismo opina Jagoba Iglesias: «En invierno se pasa mucho frío y en verano mucho calor porque no hay un aislamiento en condiciones», confiesa.

¿Qué otros problemas hay? «Roturas de fachada, se desprenden zonas de algunos balcones por las grietas... Fue un milagro que no cayera encima de nadie», relata Juan Carlos Costoya. Él vive con su familia en uno de los bajos de estos edificios. «No hay cámara de aire en el suelo para evitar humedades, llevamos diez años protestando por este problema», subraya. El proyecto en la urbanización de 104 viviendas, que supera los 8 millones, contempla actuar en las fachadas, tejados, drenaje perimetral, incluir placas solares, ascensores y crear patios para los bajos. En total, se prevé un desembolso por cada propietario de «unos 70.000 euros, sin contar las ayudas», recalca Costoya, quien como el resto de residentes en esta urbanización desconoce cuándo empezarán las obras. Desde el Ayuntamiento han señalado que aún no hay novedades al respecto.