«A los discapacitados todavía nos miran como a bichos raros»

Ambos presentaron ayer su gesta en la casa de cultura de Zalla, donde abordaron algunas de las dificultades y retos que tendrán que asumir. Unos desafíos que no le restan ganas a Javier, quien reconoció tener metido ya «el gusanillo» en el cuerpo. «Más que andar, tengo miedo del oxígeno, pero Alex me ha dicho que esté tranquilo, que ya se resolverá», reconoció a sus 53 años.

Desde joven Javier trabajó en el negocio familiar. Formado como administrativo, inició su andadura en el centro especial de empleo Aspacelan, donde en 2019 asumió el cargo de tesorero. Sus logros para dar visibilidad a las personas con parálisis cerebral le valieron obtener el premio 'Lo Imposible' que otorga la Fundación Urbegi. Fue en este acto, precisamente, donde conoció a Txikon, al que conmovió con su discurso, y con el que más tarde compartió sus inquietudes. «Ahí surgió nuestra amistad, que nos unió y nos va a llevar a Nepal», reconoció el alpinista. «Y mira que le dije piénsatelo bien», bromeó Javier.

Su gesta comenzará el 8 de diciembre, para poder estar de vuelta a casa para las navidades, aunque ya ha comenzado a sumar kilómetros para prepararse. De hecho, el reto que le ha propuesto su guía para acudir preparado es intentar salir a la montaña tres veces por semana. «No estoy muy entrenado. He subido al Ubieta (monte encartado de 632 metros), pero poco más», reconoció ayer el hombre con su permanente sonrisa, altamente contagiosa. «Cagüen diez. Hemos tenido un tiempo cojonudo, y ahora que jarrea me ponen a andar», rió.

La aventura, que será una realidad gracias a la colaboración de la Fundación Urbegi, entidad sin ánimo de lucro que busca generar empleos que incluyan a personas con discapacidad, también servirá para dar forma a un documental que «reivindicará a un colectivo que está en inferioridad», detalló Txikon. En este sentido, Javier defendió ayer que «cada vez hay más empatía, pero todavía nos miran como a bichos raros», lamentó.

La travesía se desarrollará «a las puertas del invierno», recordó Txikon. «Por el día vamos a estar bien. Nos bastará con una camiseta térmica, pero por la noche habrá colchón duro y temperaturas de 15 o 18 grados... bajo cero», detalló mirando a su compañero de viaje.

El documental será una forma de dar a conocer una realidad que sigue invisible para mucha gente. Javier se reconoció afortunado, dentro de su condición. «Me caigo, me pego unos golpes del carajo, pero dentro de la parálisis cerebral soy un privilegiado. Hay chavales que están fatal, y todo lo que sea darles visibilidad es buenísimo», confió el hombre, que desde la junta directiva de Aspacelan representa a más de 200 usuarios y 700 socios.

Junto a Javier y Alex viajará otra decena de personas entre equipo técnico y acompañantes, así como los tres encargados de la filmación. «Javier será el altavoz», apuntó el alpinista, quien remarcó que está convencido de que hará un gran papel delante de las cámaras. «Y no tengo ninguna duda de que voy a aprender más de él, que él de mí», agregó.