Sopuerta continúa en pie de guerra por la inminente apertura, que podría producirse en las próximas semanas, del centro de menores que Diputación espera poner en marcha en el conocido como Palacio de Quintana. Se trata de un edificio singular del municipio encartado, de tres ... plantas y de más de 850 metros cuadrados, que llegó a albergar una residencia de ancianos, y que desde hace más de una década se encuentra sin actividad, con el cartel de 'se vende'.
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Los vecinos, que ya han recogido unas 1.700 firmas en contra de este proyecto, y que se han manifestado en varias ocasiones en este último mes, alertando de la falta de servicios en la localidad, han tocado la puerta del Ararteko, y han pedido información tanto al Ayuntamiento como a Diputación, «sin éxito». «Hay mucho oscurantismo», destacan. La preocupación que les genera esta situación, que conllevará la instalación allí de un grupo elevado de chavales, que podría llegar al centenar, y las palabras que les llegó a trasladar la dueña de la finca a varios de los que encabezan la movilización popular, de que aceptaría vender el palacio a alguien que se lo comprara antes de la apertura del centro, les ha llevado a buscar a inversores dispuestos a llevar a cabo esta operación. Una tarea en la que un vecino de la localidad ha dado un paso adelante, ofreciendo un millón de euros a la propietaria para hacerse con el inmueble, y los más de 13.000 metros cuadrados de terreno, un pack que aparece en un portal inmobiliario por 1,3 millones de euros.
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Una oferta de una persona «que no busca protagonismo y que quiere mucho a su pueblo y pretende ayudarnos a todos», que ha dado cierta esperanza a los parroquianos, pero que sin embargo no ha obtenido respuesta por parte de la dueña del palacio, lo que les hace pensar «que ya está todo atado y que realmente no hay marcha atrás».
Los vecinos de Sopuerta se afanan en dejar claro que su negativa al centro no atiende ni mucho menos a cuestiones de racismo y acaban de elaborar un informe para demostrar, con hechos objetivos, la no idoneidad de este proyecto en un municipio de sus características, con algo más de 2.700 habitantes y sin apenas servicios y recursos, «que pone en peligro el bienestar del pueblo, de las personas que los acogen y de los propios menores». Todo ello partiendo de la base de que el plan estratégico comarcal 2030, elaborado tanto por la propia Diputación como por el Gobierno vasco, cataloga a este enclave «de media-alta vulnerabilidad», atendiendo a 65 variables, y a factores como el social, la habitabilidad o la accesibilidad.
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En ese sentido, este propio movimiento vecinal, surgido de manera espontánea tras la publicación el pasado miércoles 14 de febrero del Ayuntamiento en sus redes sociales de una reunión con representantes del ente foral y de la Mancomunidad de Las Encartaciones, en la que se les informó de la inminente apertura del centro, ha elaborado un documento en el que explican que allí no disponen de polideportivo ni de oferta para la realización de actividades extraescolares. «Al ser menores aquí solo tenemos pediatra los martes y jueves, y en horario reducido, y las ambulancias en el mejor de los casos tardan en llegar media hora», relatan.
Además, también resaltan que en Sopuerta, municipio «integrador que tiene población extranjera desde hace años», no cuenta con ningún cuerpo de seguridad, «la comisaría más cercana de la Ertzaintza está en Muskiz o Balmaseda, a 15 minutos»; y apenas disponen de servicio de transporte, con un autobús directo a Bilbao, que solo pasa en tres ocasiones en días laborables y dos en festivos, y otro que conecta Santurtzi con Balmaseda que pasa cada dos horas. Sobre este aspecto el informe de los vecinos destaca uno de los puntos que aparece reflejado en el decreto que regula los centros de menores en el territorio, en el que se habla, como uno de los principales requisitos para la ubicación de estos equipamientos sociales, el disponer de una red de transporte público «adecuado» y próxima a servicios comunitarios.
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Por todo ello, se reafirman en que un proyecto de estas características en un lugar como Sopuerta «no puede garantizar la respuesta a las necesidades de los menores», y de la misma manera tampoco creen que se pueda garantizar «una verdadera integración en la sociedad». Atendiendo a todo lo expuesto, y con los antecedentes que ya ha habido en la comarca, con centros cerrados en Arcentales y Carranza tras infinidad de incidentes, consideran que mantener este planteamiento «se convertirá en un nuevo fracaso».
Este centro de menores estaba previsto que abriera sus puertas a principios de este mes de marzo. El Ayuntamiento asegura a este periódico «no disponer de ningún tipo de información», y de Diputación EL CORREO tampoco ha obtenido ninguna respuesta sobre cuántos chicos serán atendidos en este lugar y cuándo empezará en él la actividad.
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