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Los vecinos del barrio de Las Carreras, del municipio vizcaíno de Abanto-Zierbena, muy próximo a la refinería de Petronor, llevan desde el pasado fin de semana «muy intranquilos». El domingo varios de ellos telefonearon a la Ertzaintza para informar de la entrada de personas ... extrañas a una finca privada, y desde entonces y hasta ahora no han dejado de ver por allí a cada vez a más individuos, entre ellos a numerosos menores, campando a sus anchas por el extenso terreno de varias hectáreas que se extiende paralelo a la N-634, carretera que comunica con Muskiz.
Este lugar, conocido como Villa Maitena, es propiedad de la familia Urioste, unos antiguos terratenientes que construyeron allí hace siglo y medio, en 1874, una casa de tres alturas, más la bodega, con unos 300 metros cuadrados por planta. Un edificio singular que tiene un tratamiento especial por parte de la Diputación, como Patrimonio Histórico. Junto a este inmueble se encuentran las viejas cocheras, y dentro de la finca también está en pie la casa en la que antiguamente residía el servicio.
Un complejo que, después de la muerte de uno de los hijos en 2017, se encontraba sin ser habitado de continuo, aunque todas las semanas se llevaba a cabo en él un mantenimiento para que estuviera en las mejores condiciones posibles para recibir en verano a parte de sus actuales dueños, que en su mayoría residen en Madrid. Este año, la visita aún no se había producido, por lo que varias familias han aprovechado para ocuparlo de manera ilegal.
«Justo ha coincidido con el puente, con varios comercios cerrados y mucha gente fuera, y aunque algunos hemos avisado, no se ha podido hacer nada», cuenta indignada a este periódico una vecina, que telefoneó a la Ertzaintza el pasado domingo a las 20.38 horas nada más ver que alguien estaba manipulando la valla y entrando en el interior, pese a disponer de una alarma. «Ahora ya hay varios matrimonios y un montón de niños, y al ser menores todo se retrasará. Estamos impotentes porque si llamas y no hacen nada ni avisando en el mismo momento..., ¡qué nos espera! Esta gente solo va a traer robos a la zona», declara.
Varios residentes más del barrio repiten esta última frase, y declaran haber visto ya a los okupas sacar muebles y hasta «tirar por la ventana un montón de libros». «Van a arrasar con todo y es una pena. No tienen derecho ninguno a entrar en una casa ajena y a hacer lo que se les antoje», aseguraba un vecino en la terraza de un bar cercano. «Nosotros tenemos una casa vacía, al morir una tía hace poco, y te da miedo que puedan meterse también», señala otra mujer.
La familia propietaria ya ha interpuesto la denuncia correspondiente ante la Ertzaintza y desde el Ayuntamiento aseguran estar en comunicación directa con ella. También han dado la orden de mantener una presencia policial en la zona, y han procedido «a la intermediación» con los okupas, sin dar detalles de la misma. Este asalto ha enturbiado el proyecto que existe en la histórica finca para construir en ella una veintena de chalets, y también seis apartamentos, estos últimos en el edificio protegido, respetando su fachada y estructura.
Esta es la segunda ocupación en Abanto-Zierbena en lo que va de verano, ya que desde julio varias personas residen sin permiso en un inmueble municipal, en el antiguo bar de Castaños. Hace dos años, también en Las Carreras, la presión vecinal provocó la expulsión de unos okupas de un chalet, pocos días después de su entrada. «Si esto sigue así, habrá que movilizarse de nuevo», apuntan los vecinos.
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