Integrado en el Plan de Relanzamiento de Comarcas Desfavorecidas y de Zonas de Actuación Preferente (ZAP), impulsado en 2021 por el Gobierno vasco, la Diputación, los ayuntamientos y agencias comarcales varias, Güeñes contará en los próximos meses con un polo bioeconómico que se ubicará en un pabellón en desuso cercano a las vías del tren, en el extremo este del municipio, donde en 1986 se abrió un amplio local de exposición de Muebles Vizcaya.
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De planta baja y tres alturas, y situado muy próximo al Basque Bio Design Center, este inmueble será reconvertido en un espacio innovador, con actividades agro-industriales, forestales y de economía circular, que se conectarán con otras que vayan surgiendo en la zona, impulsado por el motor del emprendimiento y la formación, con el que se espera transformar y relanzar a toda la comarca.
Un proyecto que, con un presupuesto estimado de 3 millones de euros (sin IVA), acaba de sacar a licitación Sprilur, la sociedad pública de gestión de suelo industrial del Gobierno vasco, dependiente del departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, que también ha puesto en marcha otro polo, pero en este caso sanitario, en la localidad de Sestao. El plazo máximo de ejecución para los trabajos que se realizarán en Güeñes se ha fijado en doce meses.
Este pabellón, situado al sur de la calle Lambarri, junto a paradas de autobús y el apeadero de Cercanías de la línea que conecta Bilbao con Balmaseda, ya sufrió varias demoliciones el pasado año para adecuarlo a este nuevo uso, retirando todas las escaleras de su interior, así como la fachada, dejando únicamente la estructura. La obra que se realice en él, como ya han destacado, se hará atendiendo a principios de sostenibilidad y eficiencia energética, y conllevará la creación de varios almacenes de residuos y materias primas, laboratorios, zonas comunes y de procesos, una gran sala de networking y un comedor, entre otras muchas dependencias.
Esta planta de innovación contará con una superficie útil de unos 3.000 metros cuadrados, que se destinará a atraer proyectos industriales, a dinamizar con biomateriales y diseño, y a fomentar el emprendimiento y la formación. En esta planta podría implantarse una producción sostenible de biomasa de microalgas a partir de aguas residuales y dióxido de carbono de la industria alimentaria, ganadora en un concurso de ideas de la Fundación Hazi.
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