«No tenemos más tragedias en Zalla con el tren de casualidad»

Un hecho que recuerdan muy bien todos los habitantes de esta localidad, todavía con un intenso escalofrío, como Aingeru Escolar, que señala que ese día se formó «un buen revuelo» en el pueblo. «Dicen que fue un despiste, pero es habitual ver cruzar a gente con las barreras bajadas en otros puntos», afirma, poco antes de que este periódico comprobara como en el mismo lugar en el que falleció esta chica, lleno de flores desde ese fatídico día, varias personas sorteaban las vallas negras y amarillas para cruzar mientras en ambos lados se podía leer 'Atención, no pase', en una señal luminosa.

«Fue una auténtica desgracia. Ahora parece que pasan algo más despacio, pero la velocidad que cogen aquí los trenes es considerable, y eso que están cruzando por la mitad de un pueblo», destaca Miguel Galicia, quien lleva tres décadas impartiendo clases en el euskaltegi municipal, muy próximo al lugar del suceso. «Hay momentos en que las barreras tardan mucho en levantarse y eso hace que muchos impacientes acabe cruzando confiados», añade. Precisamente esta gestión de los sistemas de seguridad es lo que piden que se mejore numerosos vecinos, como Pedro Pérez. «No es normal que estén las barreras quince minutos bajadas y no veas pasar ningún tren. Se forma un colapso descomunal, y las personas pasan por desesperación. Aquí no tenemos más tragedias con el tren de casualidad. A ver si de una vez empiezan a quitar estos puntos y podemos vivir con tranquilidad», solicita .

Esta es una reclamación histórica en Zalla. Según los datos de Adif, en todo Bizkaia existen 83 pasos a nivel en la red de ancho métrico, y todos ellos, salvo tres, están en Las Encartaciones. De esos 80, casi la mitad, 34, se reparten en Zalla –seis son particulares–, y el resto, por Güeñes (19), Artzentales (8), Karranza (7), Balmaseda (7), Sopuerta (3), y Alonsotegi (2).

En el que perdió la vida Olatz el pasado 25 de mayo de 2022, se construyó hace unos años «para poder atajar y no dar tanto rodeo», señala una vecina que prefiere no revelar su nombre, declarando que una vez que se bajan las barreras «casi todo el pueblo está como embutido», hasta que se retoma de nuevo la movilidad, «y así todos los días».

Este incordio, pero sobre todo los numerosos accidentes, algunos de ellos mortales, que se han producido en los últimos años en todo Zalla, han echo salir a la calle a los vecinos en varias ocasiones para pedir la eliminación de estos peligrosos cruces. La última de estas protestas se produjo en 2019, tras quedar en estado crítico un hombre después de haber sido arrollado con su vehículo, en el barrio de Oreña.

El pasado año el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; Adif, el Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Zalla firmaron un protocolo para la reordenación y mejora de la red ferroviaria en la localidad, en el que figura la supresión total de 22 de estos pasos, y la mejorar de la protección en otros cinco, retomando una planificación que venía de legislaturas atrás.

Ocho de los que se van a eliminar están en Aranguren, donde está previsto tirar un puente, por el que va un tramo de la vía hacia Balmaseda, para terminar también con los problemas de inundabilidad, lo que conllevará la expropiación de terrenos y el derribo de una casa, junto a El Porrón. Es en la que reside Itziar Barquín, junto a su pareja y su hijo, después de haberla comprado y arreglado hace dos años. «Nos gastamos aquí todos los ahorros para que ahora nos la echen abajo», cuenta la mujer entre lágrimas. Desde el Ayuntamiento aseguran «que se está trabajando para que la indemnización sea lo más justa posible y se pueda comprar una casa similar o en las cercanías», pero los propietarios aseguran que su situación sigue siendo la misma. El barrio se debate ahora entre los deseos de ganar en seguridad de unos y la indignación de otros, que piden otra manera de solucionar esta petición histórica.