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Seregio llamas
Jueves, 15 de septiembre 2022, 23:05
A los responsables de las asociaciones Agharas y Elkartenet, la primera un colectivo solidario de personas del pueblo Amazigh afincado en Barakaldo y la segunda una iniciativa sin ánimo de lucro para dar una segunda vida a los ordenadores de la administración, les esperan 4. ... 000 kilómetros de carreteras entre hoy y la mañana del martes. Son los que separan, sumando ida y vuelta, al municipio fabril del pueblo de Er Rachidia, en la región marroquí de Mellab. Allí estas agrupaciones crearán las primeras aulas informáticas de la zona, que atenderán a ocho centros escolares con menores de entre 4 y 15 años.
Un millar de alumnos de la región se beneficiarán de los 385 pequeños portátiles recuperados por Elkartenet, en los que se ha instalado un sistema apodado 'Txikilinux'. Con él podrán recibir clases de diferentes asignaturas. Un voluntario de Agharas, Mohammed Saadi, que en el futuro confía en poder acudir a la zona para ofrecerles formación directa, ha desarrollado tutoriales no sólo en francés, sino también en la principal lengua de la región, el tashelhit. «Ojalá les ayude a formarse y a crear riqueza en la zona», confió ayer, mientras ayudaba a cargar los pesados equipos en la furgoneta y el remolque que vijará hasta allí.
El presidente de Agharas, Ridouane Chakouch, se embarcará mañana en esta travesía que partirá a las diez de la mañana desde la ikastola Harrobia, donde cargarán el resto del material. En total, además de los portátiles, hay seis impresoras y 18 ordenadores de gran tamaño para el profesorado. «Con su configuración actual los equipos pueden durar un par de años, pero esperamos poder mandarles en el futuro nuevos discos duros y memoria RAM para que duren otros dos o tres más», planteó el responsable de Agharas.
También llevan baterías nuevas para una de las escuelas que se desarrolla a las puertas del desierto. «Está en una jaima, porque es nómada, y allí no tendrán donde enchufarlos», relató Chakouch. Eligió esta región al comprobar que la mayoría de personas que llegaban a Barakaldo, y a las que su asociación viene ayudando, procedían de este entorno. «Éste es el primer paso. A ver si en el futuro podemos conseguir financiación», remarcó.
El responsable de Elkartenet que también hoy se lanza a esta larga travesía, Javier Alfaro, explicó lo complicada que ha sido la «burocracia» a la hora de resolver los papeles necesarios para poder llevar los equipos. «Somos nuevos en esto y nos ha costado solucionar los trámites», afirmó. El año pasado siete personas acudieron allí con una veintena de equipos, y les enseñaron el manejo. Ahora están ya sólo a la espera de recibir los ordenadores.
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