«Una sola gota de leche de una amatxu aporta un montón de beneficios»

Desde Osakidetza también lanzan ese consejo a los padres, y cuentan con un grupo de trabajo, encabezado por la enfermera pediátrica Adelina García, que pasa consulta en el centro de salud de San Vicente de Barakaldo, para tratar de unificar todos los criterios e impulsar la formación de los profesionales en este ámbito. Ella es la referente en lactancia materna del servicio vasco de salud, poseedora del IBCLC, titulación internacional catalogada como el estándar de oro en la materia, y además es la encargada de impartir un taller mensual para despejar dudas a los padres sobre el tema.

La sesión tiene lugar en el recinto sanitario de San Vicente, el tercer martes de cada mes, y está abierta a embarazadas y a familias tanto de Barakaldo como de Sestao. Es la continuación de un proyecto piloto que arrancó hace unos años en ese mismo lugar, de manera pionera en la zona, y que ha servido de gran ayuda a unas 160 familias.

Un taller participativo, que nació con el objetivo de «generar comunidad, despejar dudas y solucionar problemas entre los propios aitas y amas», que ha celebrado este martes una nueva sesión, de la que este periódico fue partícipe. Allí han dado cita Alba López, con su pequeña Zoe de cuatro meses; Iratxe Díaz con Kenai, de tan solo dos meses y medio, y María Carpintero, con Inar, un risueño bebé de ocho meses que captó las miradas de todos.

También han acudido Adrián González con su pareja Amaia González y el pequeño Balian, de tan solo un mes y cuatro días; June Santa Eufemia con Erik, de dos meses; y Nare, la más pequeña de la sala, con apenas tres semanas, con sus orgullosos padres, Lier Chamosa y Arrate Méndez. Ellos mismos se han ido lanzando cuestiones, preguntándose entre sí por la experiencia a la hora de llevar a cabo las tomas o de calentar o sacarse su propia leche, pero en líneas generales acudían con la lección bien aprendida. «Ninguna leche de fórmula va a imitar al 100% lo que el cuerpo humano genera», ha afirmado Adrián, quien obtuvo una rápida réplica de Adelina. «Una sola gota de amatxu aporta un montón de beneficios».

Esta experta ha atajado muchas preocupaciones generales, como la manera de utilizar después la leche almacenada, asegurando que puede ser empleada para hacer helados o incluso echar al café. Una sesión que, sobre todo a las madres, les sirve como terapia. «Mi hijo demanda tanto que me han llegado a dar de comer a la boca», ha contado una. «Yo no puedo ni ir al baño», contesta otra ama desde al lado, conscientes de que los primeros meses de crianza son duros, pero a la vez mostrándose ilusionadas con la nueva vida que tienen entre sus brazos.