La regeneración de El Calero arrancará con la demolición de pabellones y 25 viviendas

En total se liberarán algo más de 35.000 metros cuadrados de una parcela, situada en el número 25 de la calle Calero Viejo, que antiguamente estaba ocupada por la empresa Refractarios Burceña, como reza aún en el cartel que se encuentra en la entrada de la propiedad. Allí se echarán abajo seis edificaciones, manteniéndose en pie únicamente una antigua chimenea, que formó parte de los hornos Hoffman, pertenecientes a la Sociedad General de Productos Cerámicos PROCERSA, que se conservará a petición de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVPIOP), como recuerdo del pasado industrial del barrio.

Unos trabajos de demolición que arrancarán una vez que la promotora Urgolf entregue al Consistorio fabril las diferentes autorizaciones tanto de Feve, por la cercanía de las vías del tren, como de la Agencia Vasca del Agua (URA), el encontrarse en el entorno del río Cadagua, que le separa del barrio bilbaíno de Zorroza.

«Esto va a permitir el desarrollo urbanístico de una zona de Barakaldo con la que la ciudad tiene una deuda histórica», destaca Carlos Fernández, segundo teniente de alcalde. El concejal de Vivienda, Planificación y Gestión Urbanística, Juan Antonio Pizarro, también señaló que el derribo de estos pabellones sin uso evita además un posible foco de inseguridad en el barrio.

Tras esta fase el plan de El Calero tiene previsto iniciar la social, en la que deberán proceder al realojo de los 56 vecinos que residen «de manera reglada» en este lugar, donde existen algunos inmuebles ocupados. En total se demolerán 25 viviendas. Este paso permitirá liberar aún más espacio para dar cabida, junto al resto de solares ,a la construcción de 550 pisos, gran parte de ellos de protección oficial.

También se contempla la creación de 20.000 metros cuadrados de zonas verdes, y de 7.700 de suelo para equipamientos, entre los que se incluye la creación de un parque deportivo al aire libre. Este proyecto contempla además la eliminación de las actuales barreras arquitectónicas de la línea de tren, y la mejora de los accesos a El Calero, con una rotonda en las cercanías del puente y también unos elementos mecánicos que faciliten su conexión con Cruces. Acciones todas ellas muy esperadas por los vecinos de esta zona que llevaban años reconociendo que este barrio de Burtzeña, y en concreto este punto necesitaba una reforma integral.