La reforma de La Canilla de Portugalete se atrasa al próximo año

La reforma del edificio de La Canilla tendrá que esperar. Los trabajos, que se financian en su mayor medida mediante los fondos Next Generation, estaban previstos que se iniciaran este verano, pero las «dificultades en su tramitación» han conllevado que se atrasen, explica a este diario el portavoz del equipo de gobierno de Portugalete, Jon Pesquera. Con la parte técnica ya concluida, la Corporación municipal ha sacado adelante en el pleno de este miércoles el expediente administrativo para sacar a licitación la obra en lo que históricamente ha sido la estación de tren de la villa, inaugurada en 1888, que en la actualidad alberga la sede de la Oficina de Turismo.

La sesión ha aprobado habilitar un «crédito de compromiso a cargo en el próximo Presupuesto» de 50.000 euros, lo que se suma a la subvención europea de 250.000 para acarrear con los trabajos en la Canilla, que tendrán un coste de 300.000. Una vez adjudicada la obra, se prevé que comience «a primeros del año que viene», apunta Pesquera. Tendrá un plazo de ejecución de cuatro meses y, «como tarde», deberá estar concluida para «junio o julio».

El plan de rehabilitación se basa en la eficiencia energética, por lo que, además de arreglar y pintar el inmueble y de levantar unos nuevos baños públicos más amplios y accesibles, se instalarán también paneles solares para convertirlo en un edificio más importante desde el punto de vista térmico y de nuevas tecnologías relacionadas con el medio ambiente. En ese sentido, y haciendo uso de la ecorehabilitación –aplicación de los conocimientos y prácticas de la renovación arquitectónica junto con los relacionados con el desarrollo sostenible–, el edificio contará con 32 paneles solares monocristalinos de 400 vatios y se dotará a la fachada de alumbrado compuesto por luminarias y proyectores de tecnología led, todo ello gestionado mediante un módulo de control programable que permitirá modificar los colores y encendidos del inmueble.

Por otra parte, la Corporación ha sacado adelante el nuevo plan de euskera con los apoyos de PSE, PNV, Podemos y EH Bildu, así como la abstención del PP. Según ha relatado Aingeru Fernández, concejal del área de Promoción y Uso del Euskera, el anterior plan finalizó en 2022 y se ha prorrogado, por lo que era necesario tener un plan actualizado y en vigencia para optar a subvenciones para promocionar el idioma vasco. El edil popular, Santiago López, ha mostrado su recelo al respecto, ya que previamente se «calendarizaban los objetivos para poder evaluar el seguimiento. Nos resulta extraño que con este no se haga». Además, ha recordado el estado en el que se encuentra el euskaltegi -una situación que ha denunciado reiteradamente el PNV-, con goteras y un «falso techo». «Nos consta que se está trabajando en encontrar una nueva ubicación y que se están escuchando las demandas, pero nos gustaría alguna acción en el plan para el euskaltegi».

La sesión también ha tratado los cambios «sustanciales» que se han dado recientemente en el Ayuntamiento tras la salida de Mikel Torres, el nombramiento de la nueva alcaldesa y el reparto de áreas en el equipo de gobierno. De ese modo, se ha aprobado una liberación más -es decir, uno edil con dedicación exclusiva-, lo que ha acarreado la crítica de la oposición. «La prioridad es otra, el Consistorio necesita más técnicos municipales, no más concejales liberados», ha puntualizado Txema Ezkerra (PNV). La regidora, Marijose Blanco, ha respondido a las críticas señalando que «la exigencia va a ser máxima».

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