Un recurso retrasa la promoción de 700 pisos en Portugalete

La polémica urbanística en Repélega continúa. El Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Portugalete trabajan desde hace años en el plan conocido técnicamente como SUNC-1, con el que se prevé levantar 125 viviendas en las campas de este barrio –también conocidas como las campas de San Cristóbal–, que rodearían las dos hileras de casas de la calle Federico Martínez. Se trata de un proyecto que se uniría al plan SUNC-2, que prevé una promoción de carácter privado de 545 pisos a pocos metros de la zona. Una situación que trae de cabeza a los residentes, que llevan años luchando por modificar el proyecto para evitar ser «encajonados», además de quejarse de la desaparición de zonas verde.

«Creemos que se puede defender la necesidad de vivienda con el respeto de unos espacios verdes de ocio», apuntó la portavoz de la asociación vecinal de Federico Martínez, Raquel Flores, que cuando se aprobó el último proyecto del SUNC 1 interpuso un recurso judicial, por el que se ha condenado en costas al Consistorio jarrillero a un pago máximo de 2.000 euros y se le obliga a solicitar un informe no presentado anteriormente.

Precisamente ese requerimiento judicial del expediente obliga a retrasar los planes de obra –aún sin comenzar pero previstos para este año– hasta que se consiga el documento. Por el momento, se desconocen los plazos de espera. Para el Ayuntamiento, este retraso es «innecesario» y solo perjudica a los vecinos de El Roble –que esperan un realojo en la zona desde 2016–, apuntó ayer el concejal de Urbanismo, Jon Pesquera, quien señaló que «con la máxima premura» se tratará de obtener el informe requerido al Ministerio de Telecomunicaciones, tal y como solicita el juez.

Por otra parte, la asociación de vecinos de Federico Martínez quiere «renovar el compromiso» y conocer el respaldo del municipio, que hasta ahora ha sido importante. Y es que recogieron más de 4.000 firmas para preservar el espacio verde de Repélega. Para ello, convocan una concentración, que tendrá lugar el próximo jueves 29, a las 19.30 horas en las campas del barrio. «Una especie de referéndum» para ver si los jarrilleros apoyan o no el plan de construcción previsto en la zona.

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