DIANA MARTÍNEZ
Jueves, 10 de diciembre 2020, 23:32
'Somos profesionales de calidad del presente con condiciones laborales del pasado'. Es lo que podía leerse ayer en la pancarta que conducía la movilización de la plantilla del hospital San Juan de Dios, que partió a las 12.00 desde el parque central de ... Santurtzi, pasando por Portugalete para volver al centro sanitario. Al ritmo de trompetas, sirenas, silbatos y, en definitiva, mucho ruido, más de medio centenar de trabajadores –muchos otros debían trabajar pese a la huelga por los servicios mínimos fijados– y representantes de los sindicatos SATSE, ELA, CC OO y UGT se hicieron escuchar en ambos municipios y explicaron que, con un convenio sin actualizar desde 2011, «son ya ocho años sin dar soluciones a problemas de salud laboral».
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La plantilla habló alto y claro. «Queremos un convenio de empresa que garantice más y mejores condiciones laborales y salariales», reclamó Irune Cerezo, responsable de ELA, quien detalló que el acuerdo actual es de «sanidad privada, firmado en minoría en su día y que no se renueva desde 2011. Hoy en día hay muy pocos centros sanitarios en Bizkaia que tengan este convenio porque han ido luchando y peleando por uno propio, y esa es nuestra intención desde que comenzamos las negociaciones en 2018 con la empresa, la cual no nos ha dado ningún avance», espetó.
Reclaman, mediante una huelga de 24 horas y la movilización, tratar cuestiones como la reducción de la jornada laboral –1.668 horas anuales mientras que otros centros del sector tienen 1.629–, medidas para la conciliación de la vida personal y laboral, fomentar la corresponsabilidad y la actualización de las tablas retributivas. En definitiva, luchan por un convenio colectivo –que afecta a los casi 300 empleados del hospital– «digno, justo y actualizado», explicaron los trabajadores.
La crisis sanitaria, asimismo, ha puesto en relieve la situación laboral de estos empleados. «Además de trabajar el triple, lo hemos hecho con unas condiciones que no son las que debería ofrecer un hospital. Estamos hablando de un servicio que es esencial y está privatizado. ¿Por qué unas empleadas que hacen un trabajo vital a la comunidad tienen que tener una condiciones peores que las de quienes se dedican a la salud en lo público?», soltó Cerezo. «Nos apasiona nuestro trabajo, ¿pero quién cuida al cuidador? Queremos poder atender a los pacientes con seguridad y dignidad, para ellos y para nosotros», indicaron a este diario un grupo de enfermeras prefirieron preservar su anonimato.
En cuanto al salario, «estamos en una situación tercermundista», pues «dentro del ratio de lo que está cobrando hoy en día el sector, si analizas las distintas empresas, tanto el máximo como el mínimo, nosotras ni aparecemos. Ganamos menos aún que ese mínimo establecido», lamentaron las mismas fuentes. De la misma manera, los sindicatos hicieron hincapié en que no pudieron disfrutar del derecho a la huelga todos aquellos que así lo quisieron, ya que «los servicios mínimos que ha estipulado el Gobierno vasco comprende a más personal del que hay en un día normal». La dirección del hospital optó por no hacer valoraciones.
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