Borrar
La proposición sexual que terminó en crimen en Santurtzi

La proposición sexual que terminó en crimen en Santurtzi

Reconstrucción del homicidio de un hombre de 51 años en el Puerto a manos de tres chicos, uno menor, a los que ofreció dinero por sexo la pasada Semana Santa

josemi benítez | ainhoa de las heras

Sábado, 2 de octubre 2021

Scroll Story imagen 0

Todo empezó tres días antes del pasado Jueves Santo...

en el parque central de Santurtzi.

Cuando un hombre de mediana edad se acercó a un adolescente para hablar con él.

Cezar Dacu, de 51 años y origen rumano, enseñó un fajo de billetes (solo los de fuera eran euros; por dentro había leus, moneda rumana de escaso valor) a Y.S.L. Le agarró del brazo y le propuso sexo. El chaval rechazó la oferta y avisó a una patrulla de la Policía Municipal que estaba cerca.

En plenas vacaciones de Semana Santa, los tres amigos –Y.S.L. e I.A.A., de 19 años, y un menor de 17– habían pasado el Jueves Santo, 1 de abril, en la playa de Ereaga, en Getxo. Sobre las 20.00 horas, regresaron a Santurtzi y se quedaron en el parque del Ayuntamiento. Allí se sentaron en un banco y volvió a aparecer el hombre de la proposición deshonesta.

Según las declaraciones judiciales de los tres chicos, Cezar alardeaba de que tenía mucho dinero –ha llegado a hablarse de 500 euros– y se lo ofreció a los chicos a cambio de favores sexuales. El hombre repetía en inglés: «One gay». En un primer momento, fue Y.S.L. quien accedió a irse con él, pero después se echó atrás, dio la vuelta y fue sustituido por I.A.A.

El 'Volkswagen Polo' de color gris de Cezar estaba aparcado en las cercanías, en el parking del Paseo Reina Victoria, junto a Astilleros Zamakona, donde él había trabajado tras partir de su pueblo natal, Husi, en el distrito de Vaslui, en Rumanía. Según el chaval, quedaron en que él sólo le exhibiría las partes íntimas y el encuentro se limitaría a sexo oral

Una vez dentro del vehículo, el hombre, desde el asiento del conductor, comenzó a realizar una felación al chico, que estaba sentado como copiloto. Sin embargo, Cezar quería más. Según el joven, le exigía mantener relaciones sexuales completas y hasta «se puso agresivo».

Los tres acusados han sido sometidos a pruebas de toxicología en las que se demuestra que consumían habitualmente ansiolíticos, cannabis y otras drogas. También aquel día se habían drogado y bebido cerveza, dicen. Entonces, todavía estaba vigente el toque de queda a las diez de la noche, que se saltaron.

Mientras estaba en el coche con Cezar, Y.S.L. envió a sus amigos por el móvil su ubicación en tiempo real y un mensaje de «¡Venid ya!». La Fiscalía mantiene que los tres jóvenes lo habían acordado así para quedarse con el dinero. Por eso les acusa, además de homicidio, de robo con violencia. Los procesados lo niegan.

Una vez que recibieron el whatsapp, los otros dos chavales, que se encontraban en las inmediaciones, se acercaron al turismo por la puerta del conductor, abrieron y le sacaron. En la calle, empezó la agresión con patadas. Eran aproximadamente las once menos diez de la noche y no había nadie más en la calle.

Según ha reconocido ante el juez I.A.A., como el hombre no caía al suelo con los golpes, se obcecó y comenzó a clavarle la navaja en la zona de la espalda y el cuello. El informe de la autopsia contabilizó en el cuerpo un total de 24 heridas de arma blanca, la mayoría de ellas superficiales.

Aunque el arma homicida no ha llegado a encontrarse, se sabe que tenía la hoja plana, no muy gruesa y monocortante. La descripción coincide con la navaja que Y.S.L. le entregó a su amigo para que se defendiera por si acaso. Los forenses no descartan que pudiera emplearse más de un tipo de arma.

Un matrimonio vio la escena desde el balcón de su casa. Según declararon, desde la distancia creían que le estaban dando puñetazos a alguien y gritaron a los chavales para que pararan. Las voces consiguieron que los tres chicos salieran corriendo. La mujer llamó por teléfono a la Policía local informando de que había una pelea en el Puerto.

Tras los navajazos, el hombre cayó desplomado, pero no murió en el acto. Un agente local le realizó maniobras de reanimación, aunque no pudo evitar que finalmente falleciera. Según la autopsia, la causa de la muerte fue un shock hipovolémico, es decir que falleció desangrado por las múltiples heridas incisopunzantes que presentaba en la región cefálica-cervical.

Antes de huir, uno de los chicos, I.A.A., presunto autor material del homicidio, cogió la cartera con el dinero que la víctima tenía en la chaqueta. Junto con el menor se refugiaron en las escaleras que dan al mar, en un lateral del restaurante Mandanga. Y.S.L., por su parte, se ocultó entre unos carros de pesca con redes. Allí fue localizado por una patrulla de la guardia urbana.

El principal acusado fue encontrado descalzo y en calzoncillos. Las zapatillas y la sudadera gris aparecieron junto a él manchadas de sangre. Había tirado los pantalones vaqueros al agua, donde fueron localizados poco después, además de la cartera de la víctima, por la Cruz Roja del Mar.

El 'Polo' estaba aparcado a varios metros del cadáver con las dos puertas delanteras abiertas. La Policía Científica requisó el coche y las prendas para su estudio en el laboratorio. Buzos de la Ertzaintza estuvieron rastreando la zona de la bocana del Puerto días después de los hechos en busca del arma homicida, pero no llegaron a encontrarla.

Los tres detenidos fueron entregados a la Ertzaintza de la comisaría de Muskiz, cuerpo que se encargó de completar las diligencias y remitir el atestado al juzgado de Barakaldo. Al cachear a I.A.A., encontraron dentro de la ropa interior 120 euros y varios billetes de moneda rumana, además de un trozo de hachís y dos bolsitas de maría.

AUX STEP FOR JS

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo La proposición sexual que terminó en crimen en Santurtzi