José Antonio Quintana muestra el proyecto diseñado por él mismo para Burzako. E. C.

Proponen crear un hotel rural para revivir el abandonado barrio minero de Burzako

La asociación de usuarios de los montes de Triano presenta un proyecto con alojamiento, piscinas, juegos infantiles y aparcamientos para poner en valor el antiguo poblado

Diana Martínez

Trapagaran

Jueves, 7 de septiembre 2023, 18:52

Burzako es un enclave minero cercano a La Arboleda que lleva más de treinta años abandonado. Para recuperar el antiguo poblado, ahora en ruinas, José Antonio Quintana, de la asociación de usuarios de los montes de Triano, ha propuesto la creación de un hotel rural. ... Un proyecto elaborado y diseñado por él, sin manejar un presupuesto aproximado, con el fin de dar utilidad al espacio.

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«No hay alojamientos en la zona alta de Trapagaran y ofrecería muchas alternativas como senderismo, paseos en bici o a caballo, golf...», explica a este diario Quintana, quien visualiza, además del hotel, una futura piscina, juegos infantiles, aparcamientos y jardines. Toda una apuesta por revitalizar este emplazamiento de la Zona Minera.

Según el planteamiento de Quintana, el nuevo espacio a crear ocuparía en torno a «dos campos de fútbol», entre el hotel, las piscinas y el resto de iniciativas imaginadas. «Es un proyecto bonito que daría más vida a los barrios vecinos de La Arboleda y Larreineta, ya que no hay alojamientos por la zona», agrega.

Época dorada de la minería

Actualmente el núcleo de Burzako está formado por ruinas y maleza. Una situación que desde la asociación de usuarios de los montes de Triano se quiere cambiar con el fin de recuperar el antiguo poblado –que llegó a contar con unas cincuenta familias en la época dorada de la minería–, cuya historia se remonta a las protestas y huelgas en La Arboleda de 1890 por parte de trabajadores hartos de vivir barracones de lamentable estado, lo que provocó el levantamiento de los primeros apartamentos mineros. Después llegó la escuela, una tienda de ultramarinos, la iglesia y hasta un bar. Así nació Burzako. Y prosperó hasta 1988, aproximadamente, «cuando cerró el último lavadero de Matamoros», recuerda Quintana. Desde entonces, se quedó «desértico».

La puesta en marcha de un proyecto de este calado ya se propuso hace trece años y no tuvo luz verde. En esta ocasión, Quintana adelanta que, en el caso de que no se lleve a cabo esta actuación o alguna otra en Burzako, será la propia asociación quien mueva ficha. Y no es la primera vez. El año pasado pusieron en valor el lavadero del Saúco, en Galdames. Por el momento, de cara al próximo 7 de octubre, Quintana tiene previsto repetir la iniciativa en Burzako.

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