Diana Martínez
Miércoles, 13 de diciembre 2023, 16:25
Buscar el confort y mejorar la calidad de vida de las personas mayores que sufren un estado de demencia avanzado. Este es el objetivo de 'Laztandu Ellacuría', un proyecto impulsado por el hospital San Juan de Dios de Santurtzi y la residencia municipal Juan ... Ellacuría Larrauri de Sestao que se imparte en el asilo del municipio fabril y que ha logrado la excelencia en cuidados. Y es que, en unos reconocimientos a las mejores buenas prácticas de personalización en los Cuidados de Larga Duración, la Diputación ha otorgado una especial mención a esta iniciativa, dentro de la categoría Vida Cotidiana y Significativa.
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«Estamos muy orgullosos y contentos de poder ayudar a las personas que están en una situación muy vulnerable, y que las familias estén contentas y vean que sus allegados están bien cuidados», afirma a este periódico Nereida Corral, psicóloga de San Juan de Dios que ha participado en el diseño del proyecto, que proporciona atención centrada en la persona y las relaciones, ofreciendo apoyo social y emocional a través de actividades significativas de estimulación sensorial.
De esa manera, se realizan sesiones semanales de una hora, en grupo pero de forma individualizada, tratando de conectar con cada usuario mediante el tacto, el sonido, el olfato, la vista, el gusto o el movimiento. Una alternativa a las actividades que se llevan a cabo en las residencias y de las que estas personas no se pueden beneficiar debido a su avanzado estado de demencia. «Pasan mucho tiempo dormidos, algunos no pueden hablar... Realizamos actividades distintas buscando la estimulación sensorial y la interacción social», cuenta Corral.
La iniciativa incluso cuenta con la participación de familiares. El personal auxiliar que toma parte en el proyecto se reúne con los allegados del usuario para conocer su vida y personalizar la sesión. «Qué canción ha sido importante para ellos, si es una persona presumida y le gusta la colonia, si le agrada o no el tacto...», añade. Y todo en un ambiente relajado, en una sala con luz tenue y música suave. «Les estimulamos con cremas de olores significativos para ellos, charlamos con ellos, hablamos de sus vidas...», detalla a este diario Amaya Cuevas, psicóloga de la residencia sestaotarra, quien realiza estas prácticas junto a Legendika Zuazua, profesional del hospital santurtziarra, y personal auxiliar, de forma que se ofrece una atención individualizada para los ocho mayores que conforman el grupo.
Y la labor da sus frutos, pues tanto los trabajadores como las familias notan una mejoría en los usuarios. «Están más despiertos, cuentan más cosas, reaccionan más al tacto o a estímulos visuales, algunos antes no sonreían y ahora lo hacen más...», agrega Cuevas. Toda una «satisfacción», en palabras de Gerardo Rodríguez, director de la residencia, donde se comenzó este proyecto piloto en mayo y, tras los buenos resultados y el reconocimiento, se prevé ampliarlo al trabajo diario en las instalaciones.
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