Portugalete sustituirá en octubre las rampas que no funcionan desde 2022

El quebradero de cabeza que producen a los vecinos las rampas mecánicas de la calle Vallecilla, en Portugalete, está próximo a llegar a su fin. Los cuatro tramos de esta vía, que cuenta con 300 metros de longitud y una pendiente del 15% en algunos puntos, no han dejado de averiarse desde su inauguración en 2013 y llevan sin funcionar desde 2022. Los residentes se han quejado en múltiples ocasiones de la situación, que afecta sobre todo a las personas mayores, ya que es un paso obligado para ir del centro de la villa al ambulatorio de Repélega. Pero todo apunta a que están más cerca de terminar con el calvario.

El Ayuntamiento aprobó este jueves en pleno la modificación de crédito que permite invertir 1,6 millones de euros a la sustitución de los accesos mecánicos de Vallecilla. El concejal de Hacienda, Javier Carretero (PSE), afirmó que «la idea es lanzar el contrato para arrancar en octubre» unas obras que tendrán un periodo de ejecución de «once meses». Debido a que «es un gasto muy potente», añadió, se hará frente al desembolso en dos ejercicios. De esa manera, este año se pagarán casi 500.000 euros y el siguiente, la partida restante.

Desde las filas del PNV, su portavoz, Txema Ezkerra, criticó la situación vivida con estas rampas, en las que se invirtieron en 2013 más de 2 millones de euros. «Desde entonces solo han funcionado con paradas continuas, hasta que han dejado de hacerlo del todo. Recordó, además, que un «error municipal» dilató aún más la espera de los vecinos para la reparación de estos accesos. «En agosto de 2023 se habilitó un crédito de 50.000 euros para contratar el proyecto de sustitución de las rampas, pero no se hizo nada al respecto y venció». En marzo del año pasado se aprobó una modificación presupuestaria para incorporar esa cantidad, pero «lo hicieron mal, dotaron un dinero a una partida ya contratada y se tuvo que subsanar el error con un decreto de Alcaldía». Una operación que se tradujo en «diez meses de retraso».

¿A qué se deben los fallos continuos e irreparables en estos accesos? Cuando se instalaron hace más de una década se apostó por unos «elementos novedosos que no han dado el resultado esperado desde el principio», subrayó el concejal de Obras, Jon Pesquera. La cuestión de las rampas mecánicas, sobre todo las de Vallecilla, supone un «tormento diario» para el Consistorio jarrillero, tal y como confesó el pasado ejercicio el edil socialista, tras recordar la «pelea constante» que mantienen con la empresa encargada de su mantenimiento.

De hecho, la firma ha sido sancionada una docena de veces, con multas por un valor total de 110.000 euros. A la empresa, que tiene «problemas organizativos que les corresponde a ellos subsanar», se le exigió en diversas ocasiones que cumpliera con sus obligaciones, además de aportar un plan de actuaciones correctivas y que se hiciera una asignación de personal de mantenimiento preventivo «de forma estable, necesitamos que tengan gente que atiendan nuestros equipamientos».

En contra de lo que el contrato actual establece, por el que es la propia empresa quien debe informar al Consistorio de las averías de las rampas, ha sido la propia institución municipal quien ha tenido que supervisar «día a día» las cintas mecánicas y trasladar esa información a la compañía. Ante los problemas registrados, el equipo de gobierno contrató el año pasado un servicio de inspección técnica de las instalaciones para conocer su estado real. Unos datos a tener en cuenta para crear los pliegos de una nueva licitación del servicio de mantenimiento.

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