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Desde las piscinas y hasta el límite con Sestao, en La Benedicta, Portugalete cuenta con un paseo junto a la ría, de más de un kilómetro y medio de distancia, uno de los recorridos más transitados de la villa. Un camino que, debido a que ... es peatonal, está vetado a patinetes y bicicletas, una prohibición que bien por desconocimiento o por comodidad, muchos se saltan a la torera a diario.
Esta situación se ha saldado con varios incidentes, que por fortuna no han pasado a mayores, tal y como ayer afirmó el alcalde de la localidad, Mikel Torres, lo que les ha llevado a reforzar la señalética en todo su recorrido, para recordar que junto a la ría no están permitidos ninguno de estos vehículos. «Después del despliegue de Bizkaibizi -una de las estaciones se encuentra por cierto cerca del Ayuntamiento, junto al Muelle de Churruca- y del uso cada vez más extendido que se hace de los patinetes eléctricos, ya nos habíamos planteado que nuestra apuesta por la movilidad tiene que ir unida a la seguridad. En este sentido, hay un punto muy crítico en el paseo marítimo, donde el uso intensivo de estos artilugios convive con el paso diario de cientos de vecinos de la villa y también de Sestao y Santurtzi, sobre todo de personas mayores».
Esta norma es la que obliga a los conductores que quieren subir en patinete o bicicleta a la barquilla del Puente Colgante a hacerlo por el mismo acceso que los coches, o bien andando por la acera pero sin ir montados. Según indica el alcalde, en el primer tramo, desde las piscinas hasta el hotel, el tránsito con estos vehículos debe de hacerse por la calle María Díaz de Haro. «Hay que tener en cuenta que esta zona es peligrosa porque hay bancos en medio, a un lado la barandilla y al otro la entrada y salida de las casas, y un tránsito fluido de gente. Una maniobra inesperada o una distracción pueden desencadenar un accidente grave». A partir de la plaza del Solar, y hasta el museo Rialia, el camino correcto a tomar es el que recorren los coches.
Bidegorri a Sestao
En la última parte del paseo, la que lleva casi desde la altura de la estación de tren a Sestao, no cabe alternativa alguna para quienes quieren realizar este paseo en bicicleta o en patinete. Por ello, Mikel Torres aprovechó ayer para pedir a Diputación la construcción de un bidegorri, paralelo a las vías ferroviarias, que permita conectar en esta zona baja los dos municipios vecinos de la Margen Izquierda, y de paso el Puente Colgante con el Horno Alto, dos de los mayores atractivos turísticos de estas localidades. Quienes no cumplan esta norma de circulación en alguno de estos tres puntos se exponen a multas «que van desde los 100 euros en adelante», advirtió el alcalde jarrillero.
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