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El comisario de la exposición, Javier González de Durana, explica una de las obras a la edil de Cultura, Estíbaliz Freije. D. M.
Portugalete plasma sobre tinta y acuarela la historia de la industrialización

Portugalete plasma sobre tinta y acuarela la historia de la industrialización

El museo Rialia acoge una exposición con treinta grabados de Gerardo D'Abraira, un dibujante bilbaíno que hace un siglo reprodujo al detalle las principales fábricas del país

Diana Martínez

Portugalete

Viernes, 4 de abril 2025, 09:21

Altos Hornos, Productos Vulcanizados, Euskalduna, la Franco-Española de Cables y Alambres, Izar, Sesa... Todas estas fábricas formaron parte de la historia de la industrialización y tienen algo más en común: fueron trazadas al detalle por el dibujante bilbaíno Gerardo D'Abraira. Realizó más de 120 dibujos, de los que de momento solo se han recuperado treinta. Y el museo Rialia, en Portugalete, los expone a lo largo de sus cuatro pisos hasta el 31 de agosto.

La muestra reúne un conjunto de sus impresionantes imágenes así como reproducciones fotográficas y objetos de uso personal del propio artista: sus cámaras fotográficas y material de escritorio con lo que realizó las vistas panorámicas. Un arduo trabajo, ya que el autor recorría cada fábrica para conocerla bien, se subía a la cubierta, estudiaba los planos y hacía fotos. En total, llegaba a tardar en torno a un mes o mes y medio cada trabajo. Y por alguno de ellos le llegaron a pagar «6.000 pesetas» (unos 36 euros), apunta el comisario de la exposición, el historiador e investigador Javier González de Durana.

La muestra reúne un conjunto de impresionantes imágenes y material del artista. D. M.
Imagen principal - La muestra reúne un conjunto de impresionantes imágenes y material del artista.
Imagen secundaria 1 - La muestra reúne un conjunto de impresionantes imágenes y material del artista.
Imagen secundaria 2 - La muestra reúne un conjunto de impresionantes imágenes y material del artista.

D'Abraira dibujó panorámicas de las fábricas como un gran observador de la realidad que tenía ante su mirada. Fue contratado por las empresas industriales para mostrar su marca al resto del mundo; sus dimensiones y magnitud como símbolos de grandeza y desarrollo. El autor comenzó a plasmar visualmente el poderío industrial de Euskadi mediante espectaculares panorámicas durante las décadas de 1940 y 1950, pero pronto se hizo un nombre en todo el país. «Su detallada obra corrió como la espuma y diversas fábricas del resto del Estado solicitaron una estampa para que tuvieran una mayor visibilidad», explica el comisario.

A partir de los años 70 cerraron muchas fábricas y estos grabados se perdieron, pero por el momento han pervivido unos cuantos. «Al principio de la investigación conocíamos solo seis o siete, pero han aparecido hasta treinta. Creemos que aparecerán muchos más», añade. Entretanto, para que esta labor no quede en el olvido, el museo Rialia organizará dos visitas guiadas (la primera será el 15 de este mes, a las 17.30) y, en colaboración con los centros educativos, más visitas y talleres con escolares para que descubren parte de la historia industrial.

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