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SERGIO LLAMAS
BARAKALDO.
Jueves, 23 de mayo 2019
Alfredo Retortillo, de 54 años, dejó su cargo como consejero de Turismo, Comercio y Consumo en el Gobierno vasco para liderar la campaña con la que el PSE tratará de recuperar este domingo la Alcaldía de Barakaldo.
-¿Cómo vivió la derrota socialista de 2015 ... en Barakaldo? Fueron 52 votos de diferencia.
-Sin especial dramatismo. Fue por la mínima y coincidió con un momento bajo del partido y de la socialdemocracia europea.
-¿Qué cree que pasó?
-Algunos depositaban sus expectativas en que un cambio político iba a suponer un revulsivo a Barakaldo, pero hemos dejado la situación de crisis y la legislatura no se ha caracterizado por un nuevo impulso, sino por seguir con lo que había.
-¿Y cómo está el PSE en Barakaldo tras cuatro años de oposición?
-Ha mantenido la tensión de un modelo y unos objetivos diferentes. Mi candidatura no vaya a recuperar el Ayuntamiento para el socialismo, si no a llevar adelante un proyecto en el que Barakaldo no sea un elemento secundario en el país.
-Como uno de los fundadores del Euskobarometro, ¿cómo ve a la sociedad baracaldesa?
-Barakaldo no es tan distinto a la mayoría del país y tiene que hacer una apuesta decidida por los jóvenes con talento. Tenemos que colocar a Barakaldo en el siglo XXI, y creo que en Euskadi estamos desaprovechando lo que tradicionalmente llamamos Gran Bilbao. Seguimos sin utilizar el potencial de la ría para desarrollar una verdadera área metropolitana porque hay una óptica demasiado de corta vista con Bilbao en la cabecera y el resto de las poblaciones detrás. Eso no puede ser.
-Si consigue la Alcaldía, ¿cuál sería su primera medida?
-Atendiendo a las cuestiones que me expresan los ciudadanos, una atención inmediata al mantenimiento de las calles, el mobiliario urbano y la iluminación.
-¿Cómo valora el mandato del PNV durante estos cuatro años?
-Hay una cierta decepción. Aunque hubo un acuerdo inicial entre el PNV y el PSE al inicio de la legislatura, en general los partidos de la oposición se quejan de la falta de diálogo de la alcaldesa y de búsqueda de acuerdos, probablemente por la falta de un proyecto para la ciudad. Desde finales de los 90, hasta el impacto de la crisis, Barakaldo se estaba transformando en una ciudad diferente, y lo hacía con alcaldes diferentes. Ese impulso no se ha percibido en el cambio de alcaldesa, cuya gestión parece más bien fruto de la inercia.
-Hay nostalgia del pasado industrial, ¿Barakaldo debe volver a eso?
-No podemos volver al modelo del siglo XX. Este siglo genera mucha más actividad en el entorno del sector servicios, y en el conjunto de Euskadi tiene más peso que el sector industrial, al que no tenemos que renunciar, igual que no debemos renunciar al agropecuario.
-Ha incidido mucho en la seguridad. ¿Se merece el municipio tener fama de ciudad peligrosa?
-No es una ciudad peligrosa, pero algunos delitos especialmente graves y que afectan de manera directa a la vida de la gente han aumentado, como los delitos contra la libertad sexual y los robos en domicilios con violencia. Frente al ratio europeo de 18 agentes por cada 10.000 habitantes, estamos en 12.
-Tras el éxito del PSE en las generales, ¿qué perspectivas tiene para estas elecciones?
-El éxito de las generales confirma la fuerza de la izquierda, también en la Margen Izquierda. Esa fuerza da una base en la que fundamentar la esperanza de que efectivamente podemos recuperar el Ayuntamiento de Barakaldo para la izquierda.
-¿Se ve alcanzando algún pacto?
-Lo normal en un mapa político fragmentado es que se llegue a acuerdos. Con más razón en un ámbito municipal, donde es más fácil ponerse de acuerdo. El PSE ha gobernado muchos años, pero no con mayoría absoluta, y ha pactado con todos los partidos.
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