Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Sergio Llamas
Miércoles, 4 de enero 2023, 13:35
La polémica empresa Glefaran, al frente de la planta de biomasa que producía energía a través de la combustión de restos forestales en Aranguren (Güeñes), ha anunciado este miércoles que suspenderá su actividad por los ajustes regulatorios que llevan a que el coste de la ... producción supere a los beneficios. La firma, que inició su actividad en agosto de 2016 y que ha motivado importante protestas vecinales en la comarca de Las Encartaciones por los episodios de contaminación, ha llegado a contar con 35 trabajadores. Ahora iniciará un expediente de regulación de empleo por causas económicas para el despido colectivo de toda la plantilla.
Las instalaciones, que se levantaron aprovechando los equipamientos de la antigua papelera de Pastguren y que en los últimos años habían realizado varias paradas e inversiones millonarias para solucionar problemas técnicos y para mejorar su eficiencia, motivaron grandes manifestaciones por parte de los vecinos de Zalla y Güeñes, que viven próximos a las instalaciones. En el pasado también han mantenido enfrentamientos con el Ayuntamiento de Zalla, cuando estaba gobernado por Zalla Bai, que trató de negarle las licencias de actividad necesarias, y motivaron la creación de la plataforma ciudadana Güeñes Bizia que se movilizaba contra la actividad por motivos de salud.
En un comunicado lanzado por la empresa este 4 de enero, momento en el que se produce ya la parada de la actividad, han señalado que esta «drástica decisión» tiene que ver con el ajuste de los parámetros retributivos que aparecen en el BOE del 14 de diciembre, y que tienen efectos retroactivos al 1 de enero del pasado año. «Han provocado que los costes de Global Efficiency Aranguren -que se beneficiaba de producir energía verde- pasen a ser significativamente superiores al precio de venta en el mercado regulado, lo que hace inviable para la sociedad seguir con la actividad de producción energética», resumen.
La noticia ha causado sorpresa y alegría en la plataforma Güeñes Bizia. «Siempre lamentar la pérdida de empleo, pero para nosotros supone una felicidad absoluta. Es el mejor regalo de Reyes», ha señalado un portavoz del grupo, Fernando Naranjo, quien ha explicado que este martes la planta no estaba parada, pero que durante la mañana del miércoles ya habían detectado falta de actividad en las instalaciones. Naranjo ha señalado que el grupo apostaba por una reconversión de la actividad, para poder mantener los puestos de trabajo. «Hasta hubiera supuesto para ellos una mejora en la salud», ha afirmado, si bien ha celebrado el final de una lucha ciudadana que se remonta a los comienzos de la actividad. El grupo mantenía abierta además varias batallas legales contra la empresa y contra los Ayuntamientos por los permisos de actividad y la información sobre las emisiones a la atmósfera.
También los Ayuntamientos habían sancionado en varias ocasiones a la empresa. Entre otros episodios, el Consistorio de Güeñes, que acoge la actividad de la planta de biomasa -aunque la antigua planta de Pastguren también tenía parte de su actividad en Zalla- le abrió a principios de 2020 un expediente sancionador a la empresa por contaminación acústica por las molestias acústicas que venía generando una válvula de seguridad durante las noches. En febrero 2017 ya había sido advertida también por parte del Gobierno vasco, entonces después de que las emisiones llegaran a cuadruplicar algunos valores límite, y le prohibió retomar la actividad hasta solucionar el problema.
Este miércoles en el Ayuntamiento de Güeñes han rechazado valorar por el momento la noticia y han trasladado el comunicado de la empresa en sus redes sociales. En la comunicación también señalan que la institución local «seguirá trabajando como hasta ahora en todo aquello relacionado con el estudio, desarrollo y en su caso implantación de proyectos que contribuyan a generar empleo en el municipio». El Consistorio de Zalla ha trasladado un mensaje similar, en el que añaden que se pondrán «a disposición de la plantilla para ayudarles en lo que sea necesario».
El Ayuntamiento de Zalla venía anunciando desde el verano que una empresa se había mostrado interesada por implantar una actividad en una parte de los terrenos de la antigua papelera, y hace unas semanas Naturgy convocó una reunión con los vecinos del entorno para explicarles un proyecto que por el momento permanece sin concretarse. Desde Güeñes Bizia criticaron la propuesta inicial al entender que podría atraer más residuos al entorno. Previamente, en julio, tanto el Consistorio de Zalla como el de Güeñes habían suspendido el estudio conjunto que habían planificado para analizar la calidad del aire en el entorno de la empresa, precisamente ante la previsión de que se implantaran nuevos proyectos industriales en la zona que podían suponer una regeneración de ésta y unos empleos de calidad.
Desde Glefaran han remarcado en su comunicado que «no cesarán en su empeño» y seguirán apostando por desarrollar e implantar nuevos proyectos y actividades de economía circular «que sean viables y ayuden a generar riqueza y crecimiento en el entorno geográfico donde se ubican sus instalaciones». Además han agradecido las «muestras de aliento» recibidas durante su actividad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.