Fernando Iñigo Aristu, propietario y comisario de la colección, señala algunas de las que posee de la banda terrorista ETA. L. G.

Las pegatinas de la vergüenza

Portugalete acoge este mes una exposición con más de 600 modelos de propaganda utilizados por grupos extremistas para extender el odio y legitimar la violencia

Miércoles, 1 de febrero 2023, 15:35

Llegaron a estar presentes en muchos rincones de Euskadi, empapelando los pueblos y ciudades, en fachadas, puertas, farolas, papeleras, escaparates, bancos o marquesinas. Cualquier sitio valía. Pegatinas que comenzaron a utilizarse en los años setenta del siglo pasado como elemento propagandístico de formaciones políticas y sindicales con las que se lograba una gran difusión. Un método que por su popularidad y eficacia fue utilizado poco después por grupos radicales para tratar de sumar adeptos a la causa y difundir al mismo tiempo sus mensajes de odio y violencia entre la sociedad.

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Una muestra con más de 600 de estos adhesivos, de la mano del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, y con el lema 'Pegatinas del odio', ha sido inaugurada esta mañana en el salón principal del centro cultural Santa Clara de Portugalete. Todas las piezas, organizadas en 18 paneles, forman parte de la colección personal del vitoriano Fernando Iñigo Aristu, comisario de la exposición y propietario de un fondo de más de 60.000 ejemplares, uno de los más amplios de España, que ha ido dando forma a lo largo de casi medio siglo.

Licenciado en Historia Contemporánea, comenzó siendo un adolescente a guardar y clasificar todos los adhesivos que se encontraba en la calle, sobre todo en las fiestas, en las txosnas, acudiendo a numerosos lugares, hasta a la Plaza de Oriente en Madrid tras la muerte de Franco, para agrandar la colección. Ha recibido también varias donaciones. «Tengo varias pegatinas de extrema derecha que las cobraban en Madrid, y no eran nada baratas. Costaban diez pesetas en 1978», relata.

Gracias a él en Portugalete se podrá realizar un viaje a un pasado oscuro, como destacó el alcalde de la localidad, Mikel Torres, quien recuerda como sobre todo en las décadas de los años ochenta y noventa este tipo de propaganda, «que hoy en día seguro que estaría prohibida y penada», era algo habitual para la sociedad vasca. «Las veíamos en los baños de los bares, hasta en las carpetas de los estudiantes, y había quien las llevaba en las camisetas. Con ellas se quería sembrar el miedo y arrinconar al que consideraban distinto. Afortunadamente hemos dejado atrás esos fatídicos años y ese ambiente irrespirable que había en las calles de Euskadi, pero no está de más que se visualice para deslegitimar cualquier iniciativa que justifique el uso de la violencia».

Relacionadas con ETA y los GRAPO

La mayoría de las 618 pegatinas que conforman la muestra, que sirvieron para extorsionar y estigmatizar al contrario, están relacionadas con ETA y su entorno, desde el nacimiento de la banda hasta prácticamente su disolución. También hay varias de la alternativa KAS, de la kale borroka, Jarrai… Muchas de ellas muestran su odio hacia las fuerzas de seguridad, hacia periodistas, empresario o políticos, como el exconsejero de Interior Juan Mari Atutxa. En una de ellas hasta se llega a leer: 'No dejes que utilicen a sus familias como escudo'. Y es que estos adhesivos, como apunta Florencio Domínguez, presidente del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, servían en muchas ocasiones para «poner la diana y que luego las pistolas llevaran a cabo los crímenes». «Con ellas trataban de darle carta de normalidad en la vida social a la violencia terrorista, por eso ETA duró aquí tanto tiempo», lamenta.

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Esta exposición estará abierta durante todo este mes de febrero, de lunes a viernes de 11.00 a 13.30 horas y de 17.00 a 21.00 horas. En ella se recogen también numerosos ejemplares de otros movimientos con ideologías radicales y extremistas, como los GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre), que dejaban constancia con ellas de que lo importante era «apuntar bien a la cabeza». También hay del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), otra banda de ultra izquierda que desapareció en la transición, de grupos neonazis y anarquistas, de extrema derecha, grupos terroristas catalanes, como Terra Lliure y gallegos, entre otros, para los que el odio y la violencia era su principal y única razón de ser.

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