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Los vecinos de Alonsotegi han degustado este domingo el txakoli de sus productores, en una iniciativa organizada por el Ayuntamiento dentro de las fiestas de San Antolín. S. LL.
Feria de San Antolín

«2022 trajo una cosecha de txakoli muy buena y este año también», dicen los productores de Alonsotegi

La uva temprana y «de excelente calidad», que algunos vecinos de la localidad encartada comenzarán a recoger ya esta semana, anuncia un buen 2023 para los amantes del caldo vasco en Bizkaia

Sergio Llamas

Domingo, 4 de septiembre 2022, 18:31

El txakoli llegará antes este año en Bizkaia, con una cosecha algo menor y de una calidad excelente. En ello coinciden los diferentes productores locales de Alonsotegi, que este domingo han protagonizado una feria dedicada a este caldo vasco en el marco de las fiestas ... de San Antolin. Las altas temperaturas han propiciado una maduración rápida de la uva, que en algunos casos se empezará a recoger esta misma semana.

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«A partir de 11 o 12 grados ya está para vendimiar, y el 31 de agosto mi uva ya tenía los 11 grados», ha explicado Aitor Loubet, vecino de la localidad encartada para la que ésta será su tercera cosecha, todas dedicadas a sus círculos más próximos. El año pasado la temporada se saldó con bueno resultados y unos 400 litros de txakoli que ya estaban listos en enero. En esta ocasión, las nuevas botellas podrían descorcharse incluso para las navidades. «En unos tres meses está hecho y yo empezaré a recoger las uvas esta semana, unos 12 días antes que el año pasado», ha detallado.

Loubet no se ha librado de los problemas de los hongos. En su caso ha aparecido el mildiu, aunque el oídio y la botritis también son habituales. «El hongo necesita calor y humedad. Hace dos años fue muy malo porque la temperatura se mantuvo de media entre los 25 y los 30, con mucha humedad. Este año ha sido más alta, pero más seca, y esto ha evitado que se desarrolle el hongo. Además estado con tratamientos constantes», ha apuntado.

Las altas temperaturas, sin embargo, le han jugado una mala pasada a uno de los productores habituales de Alonsotegi, Manu Villar. Este verano el termómetro le sorprendió alcanzando de imprevisto los 38 grados, uno de los días que había aplicado un tratamiento. «Cuando lo eché estábamos a 18 grados y no se esperaba esa temperatura», ha asegurado. Eso hará que la temporada se salde con menos uva, aunque la superviviente será de alto nivel. «Yo diría que este año va a ser de calidad excelente», ha añadido el hombre que remarca la necesidad de estar «muy atento con los tratamientos» para la salvar la cosecha. «Yo he estado muy centrado en el centenario del Club Larramendi –a cuyos actos que se destinará la recaudación de la feria de este domingo– y no le he podido prestar tanta atención», ha incidido.

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Villar lleva ya dos décadas como productor de txakoli. «Cogí la afición de mi suegro, a pesar de que en mi casa antiguamente ya se hacía, y planté unas parras», ha apuntado junto a su hijo, Xabier Villar, que también colabora en la producción. «El año pasado no llegamos a los 300 litros, pero la cosecha fue buena. Esta será algo menor, pero no nos preocupa porque nosotros no la queremos para la venta», ha agregado éste.

Su cosecha destaca especialmente por la acidez, algo que permite a Manu Villar distinguir sus botellas del resto. «Al estar inscrito en una asociación de txakolineros nos viene un enólogo para ayudarnos a mejorar la calidad, y suelen querer corregir la acidez. Yo les pido que no la toquen, porque me gusta que tenga una personalidad propia para que se distingan más de un Rueda, de un Bermejo o de un Albariño», ha ejemplificado.

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Avispa asiática

Los hongos, en sí, no son las únicas amenazas que se han encontrado este año los txakolineros. También la avispa asiática ha dejado destrozos en algunos racimos. «Atacan a la uva. Van al dulce, cuando están maduras, las muerden y la estropean. Además se quedan allí dentro y algunas veces te llevas un pinchazo», ha relatado Andoni Ipiña, junto a Roberto Martínez, quien mantiene un viñedo de Hondarrabi Zuri y Folle Blanch en el barrio de Irauregi Sasia. «Este año ha sido más seco y alguna se ha estropeado, pero es posible que tengamos algún grado más», ha confiado Martínez.

El año pasado él consiguió sumar unas 900 botellas, de las que se ha valido este domingo para repartir tragos a los participantes en la feria que adquirían la copa conmemorativa del club Larramendi. Con ella se ha podido consumir gratuitamente en la cita. «Lo importante es que el año pasado hubo una cosecha muy buena y este año también viene así», ha celebrado Martínez, para quien la clave está en ser preventivo y eficiente con los tratamientos.

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