
Diana Martínez
Viernes, 11 de abril 2025, 09:07
La pesadilla llega a su fin en Trapagaran. Este viernes a primera hora se ha llevado a cabo un despliegue conformado por agentes de la ... Policía Nacional, la Ertzaintza y los municipales de la localidad minera para coordinar el desalojo del antiguo parque de bomberos, okupado por personas conflictivas desde el pasado mes de agosto y que han hecho la «vida imposible» a los vecinos de la zona, según han denunciado los propios residentes a este diario en varias ocasiones.
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De las 25 personas que se encontraban en el interior, hacia las 10.20 de la mañana quedaban una decena. Cuatro han sido detenidos y catorce identificados. «¡Gracias, Trapagaran!», afirma un joven de origen marroquí al salir con sus pertenencias. «Nos han pedido documentación y si no tienes antecedentes, te dejan irte. A alguno sí lo han esposado», relata a este diario. Dos minutos después abandonaba el lugar otro individuo al grito de «nos echan fuera, ahora nos toca dormir en la calle».
Más tarde le siguió otro varón, que no entendía español pero sí francés, que afirmaba no tener documentación y, como el resto, no tiene a dónde ir. Según señala, mientras a su espalda continuaba la operación, los okupas tienen entre 18 y 40 años. Otro que habla francés afirma no tener tampoco documentación. «Ese es el problema», declara. Sobre las 11.00 horas se ha dado por finalizada la operación policial y se ha procedido al tapiado de las instalaciones y a aislar el rocódromo, para que pueda ser utilizado por la ciudadanía.
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El Ayuntamiento recibió la autorización del juzgado de lo contencioso administrativo número 3 de Bilbao el pasado 25 de marzo y tenía un plazo máximo de treinta días para echar a los individuos y proceder al tapiado de las instalaciones, ubicadas en la entrada al municipio y en las que han llegado a habitar hasta tres decenas de personas durante este periodo de tiempo. Esta no es la primera operación policial en el antiguo parque de bomberos, que se encontraba abandonado y que la Diputación cedió hace una década al Consistorio por un periodo de treinta años.
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Durante el pasado mes de marzo la Policía Nacional y los municipales de Trapagaran identificaron a 21 personas y detuvieron a ocho por «infringir la ley de extranjería». Y pocos días antes arrestaron a otros tres que tenían «pendientes causas judiciales por robos con violencia o intimidación».
De las 25 personas que se encontraban en el interior, hacia las 10.20 de la mañana quedaban una decena. «¡Gracias, Trapagaran!», afirma un joven de origen marroquí al salir con sus pertenencias. «Nos han pedido documentación y si no tienes antecedentes, te dejan irte. A alguno sí lo han exposado», relata a este diario. Dos minutos después abandonaba el lugar otro individuo al grito de «nos echan fuera, ahora nos toca dormir en la calle».
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Los vecinos llevan meses «hartos de la inseguridad» que se ha vivido en el último año en la localidad minera, sobre todo en el camino que hay entre la estación de tren y el paseo de la Franco-Belga, que da a las instalaciones okupadas. En los últimos seis meses se han dado casos de robos, intimidaciones, amenazas... «La gente mayor ha dejado de salir a pasear por la Franco-Belga por miedo a que les agredan», relató Estíbaliz Barbero, una vecina. «Mi hija me llama diciéndome que están ahí, que la están mirando, intimidando... Fui directa a por ella. Y como yo, más familias. Es inseguro volver solo en tren por las noches», añadió. Lo mismo ocurre a primera hora de la mañana. «Yo me voy hasta Portugalete para coger el metro ahí porque tengo miedo de encontrármelos en el tren. Cuando vas a pasar por la canceladora se te pone uno a cada lado para intimidar y robarte el móvil o la cartera», relató Lola Andrés.
Tamara Morcillo fue testigo de dos episodios y sufrió uno. Desde su ventana vio cómo estos individuos «sustrajeron el móvil» a dos mujeres al salir del tren y acudió la Ertzaintza. Y una noche, «volviendo de trabajar hacia las 22.45, estaba buscando un hueco para aparcar y aparecieron cuatro. Se me pusieron a ambos lados del vehículo para acorralarme. Uno se movió adelante pero no me acobardé, pisé un poco el acelerador para dar a entender que 'o te quitas o te doy'. Vieron que iba en serio, se alejaron del coche y aparqué en otro lado», explicó la mujer.
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Ante la situación, los vecinos se unieron para gritar 'basta' alto y claro con un único fin: «Pedimos que echen a los okupas y vuelva la paz al pueblo. Queremos poder volver a estar tranquilos por nuestras calles, que los mayores paseen sin miedo... Que vuelva la seguridad a Trapagaran», apuntó Barbero, una de las convocantes de una protesta que fue apoyada por miles de personas. En concreto, según datos de la Ertzaintza, unas 4.000 acudieron a la llamada. «No esperábamos recibir tanto apoyo. Sabíamos que la gente estaba harta y quería sumarse, pero no esperábamos tanto apoyo, muchas gracias a todo el pueblo por dar la cara», exclamó Andrés al término de una movilización que, finalmente, este viernes ha logrado su objetivo.
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