Juana Martínez sintiéndose por un momento piloto de Fórmula 1, en su silla de ruedas. L. G.

«Nunca tuve la oportunidad de poder conducir y ahora sé qué se siente»

La Fundación Miranda de Barakaldo instala un simulador de Fórmula 1 en su residencia para ofrecer nuevos estímulos a sus usuarios

Laura González

Barakaldo

Sábado, 15 de junio 2024, 10:06

Juana Martínez, a sus 91 años, ha descubierto por primera vez qué se siente al ponerse a los mandos de un volante. «Mi marido siempre tuvo coche y yo nunca jamás lo cogí. No tuve la oportunidad de conducir y ahora sé qué es lo que se siente», ha afirmado este viernes tras probar el simulador de Fórmula 1 que la Fundación Miranda acaba de instalar en su residencia de Barakaldo, para ofrecer nuevos estímulos y actividades a sus usuarios.

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Esta veterana vecina de la localidad fabril ha terminado su carrera a 300 kilómetros por hora, y con una sonrisa en el rostro. «¿Qué tal se lo ha pasado?», le ha preguntado este periódico. «¡De puta madre!», ha contestado ella, sin pensarlo. «Esto te distrae la mente», ha añadido, antes de dirigirse a su hija, Maite Saavedra, allí presente. «Me tienes que comprar un coche», le ha pedido con sorna. «Mi madre es la bomba, se apunta a todo. Estas actividades les animan y les activan mucho», ha asegurado Maite, antes de que le tocara el turno a Eduardo Aranguren, que también ha completado satisfecho la partida.

Vicenta Zahinos, Mari Luz González y Eduardo Aranguren probando el simulador. L. G.

En la jornada de este viernes también han pasado por la recién inaugurada sala de estimulación, bautizada como 'The Palace', Vicenta Zahinos, quien ha afirmado sentir «algo de mareo» tras pilotar un Ferrari, además de «mucha emoción»; y Mari Luz González, quien ha querido dar las gracias por haber podido disfrutar de esa experiencia, tras asegurar que, como otras muchas mujeres de su generación, «no tuve nunca la oportunidad de sacarme el carné de conducir».

Precisamente con el objetivo de «descubrir nuevas sensaciones, romper estereotipos y abrir las puertas de otras oportunidades y ponerlas a su alcance», además de permitir que en algunos casos recuerden qué es lo que se sentía al ponerse a los mandos de un vehículo y también contribuir a la mejorar la coordinación, la Fundación Miranda encargó este simulador de conducción a una empresa especializada de Montmeló (Barcelona).

Elemento único

Según han señalado tanto Iván Llorente, responsable de cuidados de la Fundación Miranda, como Leire Atxa, responsable del Centro de Día, cómo éste solo existen dos modelos similares en toda España. Uno está en la ONCE, en Madrid, y el otro en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. El de Barakaldo tiene la peculiaridad de que puede ser usado también por personas en silla de ruedas, con problemas de visión o con cualquier problema físico o cognitivo. Una pieza única con un volante hecho a medida, que permite acelerar en él a personas que no tienen movilidad en sus piernas.

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Este elemento ha causado una gran sensación en la Fundación, y están pensando ya en organizar torneos entre los propios usuarios y sus familiares. En la misma sala en la que se encuentra el simulador también se ha estrenado una gran tablet, que permite interactuar con ella, y una mesa de podcast, donde se graban tertulias y entrevistas en formato radiofónico, indagando en la historia de vida de cada residente, para entregársela luego como recuerdo a sus familiares.

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