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Sergio Llamas
Jueves, 20 de octubre 2022, 23:35
Tres 'ángeles' han traído a Bizkaia la la labor de la ONG Mensajeros de la Paz: el presidente de la entidad para Euskadi, Ángel San Mamed, su tesorero Lucio Ángel Vallejo, quien fuera presidente del tribunal de cuentas del Vaticano, y el propio Padre Ángel ... que fundó la entidad, presente ya en 65 países, hace ahora seis décadas. Este miércoles el creador de la obra solidaria ha visitado la Escuela de Hostelería de Leioa en un acto de presentación que ha sumado también a personalidades como la presidenta de las Juntas Generales en Bizkaia, Ana Otaduy. El representante de la organización en el territorio ha avanzado que todavía no hay una sede definida, aunque su propósito es estar afincados en Bilbao. Su misión incluirá la creación de comedores sociales, la colaboración con otras organizaciones de ayuda y la creación de albergues y residencias para las personas que no pueden pagarlas. «Queremos poder ayudar a las personas en todos los sentidos», ha resumido tras el acto.
- ¿Qué es lo que van a hacer en Bizkaia?
- Tener una plataforma aquí para poder hacer proyectos desde Bilbao. Bilbao es uno de esos pueblos que tienen una energía y una marcha especial. Antes contaba la presidenta de las Juntas Generales cómo el árbol de Gernika es el símbolo de la paz del que siguen saliendo ramas. Venimos a coger una rama de ese símbolo de la paz.
- ¿Algún proyecto concreto?
- Sí, abrir un restaurante de Robin Hood donde puedan comer los que tienen poderes, y los que no tienen nada. Es decir, que puedan comer con la misma dignidad: con servilletas, manteles y servidos por camareros, en lugar de tener que ponerse a una cola para pedir la comida y llevarla a casa como si fuera una propina. Todos tenemos derecho a tener un trabajo, a tener una comida, a tener casa y a tener dignidad como repite muchas veces el Papa Francisco.
- ¿Este es un momento especialmente duro para las familias?
- Siempre hubo momentos duros para las familias y éste es uno más. Creo que hay demasiados agoreros que dicen que estamos mal y que vamos a estar peor, pero creo que no se puede tirar la toalla, que hay que ilusionar a la gente sin engañarla. Hay una realidad que es que hay pobreza, con más de dos millones de niños en esta situación, aunque en España todavía no se muere nadie de hambre. Sí hay gente muy mal nutrida
- En esta situación, cuando la gente percibe estos miedos, ¿cierran el bolsillo de las ayudas?
- No, hay más pobreza pero también hay más solidaridad. Hay muchos bancos de alimentos, porque hay muchos que vienen a darles comida. Nunca en la historia de la Humanidad hubo tanta solidaridad.
- ¿Qué le pide a las instituciones?
- Que pongan los pies en la tierra. Que los quiten de las alfombras y salgan a las calles. Que algún día se pongan también en una cola, en estos comedores, y ver que resulta indigno no poder comer en su propia casa. Creo que tendrían que empezar dando ejemplar y que se comiese en los catedrales, en el Congreso, en el Senado, en las asambleas de los diputados… Están bien los comedores en empresas y en instituciones, pero que se abran también estos espacios a los demás. ¿Por qué no se puede abrir un comedor en un Congreso? Está bien que tengan un catering, no digo que se les quite a ellos, pero que lo compartan. Que me dejen abrir un comedor en el Congreso o en el Senado.
- ¿Cómo ve el futuro de la organización tras estos 60 años?
- Con mucha vida. Aunque uno puede trabajar para el día de mañana. Hay que trabajar para el día de hoy. Ni siquiera pensar en el de ayer, sino en el de hoy, y mañana Dios dirá. También hay instituciones que lo mejor es que vayan muriendo y que aparezcan otras. No tenemos porque ser permanentes.
- Pero Mensajeros de la Paz es cada vez más necesaria.
- El negocio de la pobreza cada vez es más grande. Cada vez hay más pobres.
- ¿Y cómo ve a la Iglesia en la actualidad?
- La Iglesia tiene que avergonzarse, y tiene que pedir perdón y tiene que reparar lo que ha hecho mal, pero también hay que recordar que la iglesia ha sido pionera en obras sociales. Es una de las entidades que primero ha estado con los enfermos de lepra, con los enfermos de SIDA, con los del ébola, con los repudiados… y ésta es la Iglesia de siempre. Eso no quiere decir que no haya uno que avergonzarse y disculparse por lo que se haya hecho mal, pero hay que reconocerle que es pionera en obras sociales.
- ¿Cuáles son los riesgos que cree que habrá en el futuro?
- El de la soledad. El de darle tanta importancia a lo artificial y quitar lo demás. Hay que convivir con las máquinas, con los aparatos (explica señalando el teléfono móvil). Hablan de que hay que humanizar a los robots, pero no podemos caer nosotros en ser robots.
- ¿Cuál es el logro del que más se enorgullece?
- Sin duda la campaña de le querrás más que a un hijo, que era para acoger y adoptar a niños terminales. Y sobre todo el ver cómo cada vez somos más solidarios. Bien haya una pandemia, bien una guerra como la de Ucrania, hemos tenido más familias acogedoras que ucranianos llegados de fuera.
- ¿Se ve jubilándose o pasando el testigo?
- No. El testigo lo hemos pasado ya en las comunidades extranjeras donde está funcionando Mensajeros de la Paz y no está el Padre Ángel, pero uno debe seguir viviendo hasta el final de su vida. La jubilación es para los que cobran una nómina. Yo pienso seguir viviendo mientras tenga vida.
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