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Diputación, Juntas Generales y alcaldes de la comarca junto a la placa que conmemora la labor de las mujeres de la minería. D. M.
«Las mujeres de la minería eran morrocotudas, podían con todo»

«Las mujeres de la minería eran morrocotudas, podían con todo»

Una placa conmemora en el Museo Minero de Abanto el papel relevante que tuvo la población femenina en el proceso de industrialización de la Ría de Bilbao

Diana Martínez

Abanto

Jueves, 16 de marzo 2023, 14:44

Las «mujeres de hierro», aquellas que trabajaron en las minas, «soportaron sobre sus espaldas la subsistencia de unos míseros hogares bajo un sistema de explotación económica pensado casi más para animales que para personas», ha señalado este jueves la diputada de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, con motivo de un homenaje a la labor de la población femenina que ha quedado invisible en la memoria histórica de la Zona Minera. El acto, que ha reunido a miembros de las Juntas Generales y alcaldes de la comarca en el Museo de la Minería de Abanto, se ha centrado en la revelación de una placa conmemorativa sobre el papel relevante que tuvo la mujer en el proceso de industrialización de la Ría de Bilbao.

En la época de oro de la minería siempre se hace referencia a las fábricas y a la lucha obrera, una historia centrada en el papel masculino. «Pero la participación de las mujeres fue determinante», ha expresado Pilar Pérez Fuentes, historiadora que ha colaborado en el homenaje. «Gestionaban las miserias de las familias y aportaban cantidades fundamentales sin las cuales era imposible la sostenibilidad de sus hogares». ¿De qué manera? Como buenamente podían. Extrayendo, lavando y transportando mineral, repartiendo alimentos en las canteras, lavando ropa, cosiendo... «También lactaban niños y subían a La Arboleda a vender huevos o bajaban a Portugalete para vender leche», ha explicado la historiadora.

La diputada Teresa Laespada muestra la placa conmemorativa en el Museo de la Minería de Abanto. D. M.

Otra de las labores fundamentales fue la domiciliación y el mantenimiento de los jornaleros. Para rebajar costos y tensiones laborales, las mujeres «actuaban como reguladoras de la oferta y la demanda de mano de obra hasta el punto de que cuando se llegaba a las minas se preguntaba al capataz si había cama libre, y de ser así, había trabajo», ha relatado Pérez Fuentes. Había tantas por el territorio que la Zona Minera se podía definir como una «considerable aglomeración de posaderías». De hecho, en 1900, época de máximo apogeo de las explotaciones mineras, más del 60% de los jornaleros de Trapagaran estaban domiciliados como huéspedes a cargo de las esposas o viudas de trabajadores fijos. Es decir, «dos terceras partes de la fuerza de trabajo de las minas se mantenían en este régimen de organización doméstica pagando por la cama, la limpieza, el lavado de ropa y la elaboración de comidas». ¿Por cuánto? Tan solo diez pesetas al mes.

Por todo ello, en memoria del duro e invisibilizado trabajo de la mujer de antaño, tras un acuerdo unánime de Juntas Generales, la Diputación ha rendido homenaje este jueves a la población femenina. Una iniciativa que no solo cuenta con la placa conmemorativa, también se llevará a cabo una exposición itineraria, con archivos fotográficos y declaraciones de la época, que recorrerá la comarca para finalmente quedar ubicada en el Museo de la Minería. También se publicará un libro sobre el papel de las «mujeres de hierro. Porque vivieron, sufrieron y murieron en una tierra marcada por la minería de hierro, y porque fueron fuertes, luchadoras y resistentes como este mineral», ha zanjado Laespada.

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