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Diana Martínez
Trapagaran
Martes, 27 de junio 2023, 18:35
La Historia está plagada de mujeres que enfrentaron situaciones drásticas para sacar adelante a la familia. Pero a pesar de sus hazañas, siempre han estado invisibles a la sociedad frente a la presencia masculina. Nunca han sido protagonistas. Hasta ahora, que la Diputación, las Juntas Generales de Bizkaia, los ayuntamientos de la Zona Minera y el Museo de la Minería vasca han impulsado una exposición itinerante por la comarca que sirve como homenaje a las mujeres «fuertes, luchadoras y resistentes como el mineral de hierro», y el papel relevante que tuvieron en el proceso de industrialización de la Ría de Bilbao, apuntó este martes la diputada de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, en La Arboleda, donde permanecerá la muestra hasta finales de agosto.
«La realidad de las mujeres en la historia de la minería de Bizkaia ha estado oculta», expresó la diputada. «Nos han contado historias de hombres protagonistas trabajando en las minas, sindicatos, partidos, empresas, ejércitos... Hombres, hombres y hombres. Sí, y así fue, pero no solo los hombres fueron protagonistas de aquellas décadas de cambio histórico». En ese sentido, recalcó que las «mujeres de hierro, que trabajaron en las minas, aunque fueron pocas, también soportaron sobre sus espaldas la subsistencia de unos míseros hogares bajo un sistema de explotación económica pensado casi más para animales que para personas».
A finales del siglo XIX y principios del XX, estas «mujeres de hierro gestionaban las miserias de las familias y aportaban cantidades fundamentales sin las cuales era imposible la sostenibilidad de sus hogares», explicó la historiadora Pilar Pérez Fuentes, una de las responsables del proyecto. Dado que el salario de los hombres no era suficiente, la población femenina trabajaba en todo lo que podía para subsistir. Extraían, picaban y transportaban mineral, repartían alimentos en las canteras, lavaban ropa, cosían, vendían leche o huevos e incluso lactaban niños.
Pero no solo eso. En el siglo de oro de la minería vasca la posadería se convirtió en una labor fundamental. «Actuaban como reguladoras de la oferta y la demanda de mano de obra hasta el punto de que cuando se llegaba a las minas se preguntaba al capataz si había cama libre, y de ser así, había trabajo», relató la historiadora.
La exposición cuenta con imágenes y testimonios de aquellas mujeres de hierro. Como Feliciana Larrinaga: «Entré a trabajar en la mina Rubias, donde cargaba vagones de mineral como los hombres. Más tarde pasé a los lavaderos de mineral a escoger chirtas y ahí, llena de agua y de barro con un hijo pequeño a mis espaldas, pues el pobre así esperaba la hora de mamar, transcurría mi vida. Era muy duro pero merecía la pena porque mis hijos siempre tenían algo que llevarse a la boca». O Elisa Antón: «Lo único que hacía era trabajar. Y he hecho de todo, hasta ir al monte a cortar pinos con hacha. Cuando veo a los aizkolaris en las plazas de las fiestas pienso '¡Me cagüen la leche! Si llega a haber esto en mis tiempos les gano yo'».
Este «necesario reconocimiento a las mujeres» –señaló el alcalde de Trapagaran, Miguel Ángel Gómez Viar– recorrerá la comarca, pasando por Muskiz y Abanto, y a finales de año acabará de forma permanente en el Museo de la Minería, en Gallarta.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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