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azahara garcía
Portugalete
Jueves, 7 de marzo 2019, 13:16
Maribel Tellaetxe ya descansa en paz. La vecina de Portugalete, que durante los últimos meses se ha convertido en la cara visible del derecho a una muerte digna y cuya lucha llegó hasta el Congreso de los Diputados, fallecía ayer en el hospital San ... Juan de Dios, en Santurtzi, como consecuencia del deterioro de su enfermedad. Sus hijos, Danel, David y Ruth, y su marido Txema Lorente, viven esta despedida con sentimientos encontrados. «Por un lado, es un día de júbilo porque la naturaleza le ha traído la paz y el descanso que una ley le ha negado. Por otro, es un día de rabia y dolor porque lejos de tener la muerte que todo ser humano merece ha sido desprovista de dignidad».
Así lo ha afirmado esta mañana el viudo, arropado por dos de sus hijos, en una emotiva y multitudinaria rueda de prensa que ha tenido lugar en el Ayuntamiento jarrillero. En la tarde del sábado la familia de Maribel llamaba a los servicios de emergencias tras sufrir varias convulsiones y falta de oxígeno que la dejó en coma. Su hijo Danel, con la voz entrecortada por el llanto que pugnaba por salir, se ha lamentado de que éste vaya a ser el último recuerdo que tenga de su ama.
Una agonía que, suavizada por el servicio de tratamientos paliativos del hospital santurtziarra, se alargó hasta la tarde de ayer cuando Maribel exhaló su último aliento. Danel ha recordado, entre lágrimas, que «parecía que estaba esperando a que estuviéramos todos juntos y solos en la habitación para irse. Nos pudimos despedir los cuatro de ella y, acariciándole la mano, le decíamos; márchate y descansa».
La familia ha dedicado palabras muy duras y contundentes a los sectores de la sociedad contrarios a la eutanasia, culpándoles directamente del sufrimiento de su madre. «Los responsables de este crimen tienen nombre y apellido y deben ser señalados, son los señores de Ciudadanos y del PP, que martes tras martes han estado prorrogando el bloqueo de la ley de eutanasia en el Congreso».
Entienden que la ley que ha prohibido a Maribel acabar con su vida «tiene más de 40 años» y en ese tiempo «las mentalidades, las conciencias y las necesidades han cambiado». Así, no entienden cómo «nos llevamos las manos a la cabeza cuando ocurre una lapidación y no se hace nada por paliar el sufrimiento de la gente con enfermedades terminales». «Entendiendo que es una brutalidad, yo hubiera preferido que le hubieran tirado piedras a mi madre durante 10 minutos porque hubiera sufrido esos 10 minutos y no año y medio», ha señalado.
Amaneciendo
Me acoplo a tu figura cuando te abres al alba
y acerco mi mejilla a tus labios despiertos.
Escucho emocionado el chasquido de un beso
que suena misterioso con un soplo de aliento.
Me reflejo en tus ojos susurrando un 'te quiero',
esperando respuestas que disipen mis miedos
y ellos me hablan silentes, inmóviles, perplejos,
van cambiando el mensaje si me acerco o me alejo.
En el fondo, una lágrima se resiste a brotar.
No sé si es emoción, alegría o lamento.
A veces su expresión es pura indiferencia,
se fija en la nada, perdida sin remedio.
El latido apagado de un corazón inmenso
va cerrando tus parpados despacio,
sin consuelo.
Ocultas tu dolor, que yo no pueda verlo.
Es tu mejor manera de decirme 'te quiero'
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