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Laura González
Trapagaran
Miércoles, 5 de abril 2023, 01:16
El mes de noviembre de 2021 fue intensamente lluvioso en Bizkaia, tanto que numerosas zonas del territorio sufrieron serias inundaciones. Mientras muchos vecinos miraban con nerviosismo al Cadagua o al Nervión, en Trapagaran presenciaron cómo la tierra se movía ladera abajo. Fue el día 29, ... después de más de veinte jornadas de fuertes precipitaciones. Lo recuerdan bien Silvino Benavente y su esposa María Jesús, quienes ese día vieron un deslizamiento abrirse paso junto a su casa, en el número 11 del barrio de la Escontrilla Alta, provocando un gran boquete en la carretera que conecta con la subida a Larreineta, y que más de catorce meses después no ha sido reparado.
El Ayuntamiento aseguró rápido la vivienda y su patio colocando dos hileras de micropilotes clavadas a seis metros de profundidad, poco después de que el matrimonio se tuviera que refugiar por seguridad en un txoko construido sobre roca en su terreno. La casa fue levantada hace un siglo –coincidiendo con las obras del funicular– en medio de una ladera llena de miñón. «Arriba estaba la mina y el lavadero del mineral, y todo el sobrante iba cayendo por el monte, lo que hace que esta zona no sea muy estable, pero por suerte el abuelo de mi mujer, minero y dinamitero, levantó esto sobre roca, por lo que está bien asentado», explica Silvino Aliviado.
Aún así, recuerda perfectamente el día en el que de repente vio moverse unos setos al otro lado de la carretera, justo antes de que todo empezara a deslizarse ladera abajo, «sin hacer ruido». «Tuvimos pánico», relata a este periódico su mujer. «Eran las once de la mañana y empezamos a ver que el monte se iba, y que no paraba», cuentan desde el patio de su casa, donde ella nació.
Ambos agradecen al Ayuntamiento su rápida actuación tras el deslizamiento, pero todavía siguen esperando a que la carretera que discurre pegada al muro de su vivienda, muy transitada tanto en coche como andando, sea reparada. «Llevamos casi año y medio así», declara Silvino, quien tiene que guardar su coche en el patio de un vecino. Pese a todo, remarca que no pretende echarle ningún rapapolvo al Consistorio. «Yo he trabajado muchos años en obras y sé que estas actuaciones pueden demorarse por los plazos». Según confirmó a este periódico hace días el alcalde de la localidad, Xabier Cuéllar, los trabajos para reconstruir este vial arrancarán «pronto».
La obra ya ha sido adjudicada con un presupuesto de unos 100.000 euros. La carretera será reconstruida con hormigón ligeramente armado. También deberán de rehacer el muro de la vivienda, al que tan solo le separa del agujero unos centímetros. En los trabajos figura además la reconstrucción de las tres terrazas de rellenos que aprovechaban como huerta Silvino y María Jesús, que fue parte de lo que se llevó ladera abajo el deslizamiento de tierra. «Al tener esta zona restos de mineral la cosecha que aquí teníamos era espléndida. Plantábamos alubias, vainas, tomates, lechugas, pimientos, guisantes...», declaran, esperando poder pronto volver a degustar sus propios productos, así como transitar con total normalidad junto a su casa.
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