«Lagun Etxea es la segunda casa para muchos clientes»
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El bar de Santurtzi cumple medio siglo. Por su barra han pasado tres generaciones y cuadrillas fieles que siguen pidiendo recetas de 1974, como los huevos rellenosDiana Martínez
Santurtzi
Miércoles, 3 de julio 2024, 20:18
Tal y como su propio nombre indica, Lagun Etxea es «una casa de amigos, un punto de encuentro para cuadrillas», recalca Javier Trueba, al frente de este bar de Santurtzi que está de celebración. Cumple nada más y nada menos que cincuenta años, una vida de trabajo sin cesar, de tristezas y alegrías, pero sobre todo de respeto a lo que hace y al cliente. «Es importante ser uno mismo y estar a gusto. La hostelería es un trabajo muy duro, son muchas horas, pero la clave es estar bien y con un ambiente familiar. Con respeto y siendo honesto siempre. La gente valora mucho eso», apunta. Dos aspectos que favorecen que durante todos estos años se mantenga una clientela fiel.
Javier es la tercera generación que lleva las riendas de este local. Sus abuelos, y posteriormente con la ayuda de sus padres y tíos, pusieron en marcha el negocio hace ya medio siglo como restaurante, pero al cabo de tres años se optó por cambiar de filosofía y convertirlo en un bar de pintxos, y así se ha mantenido hasta la actualidad. «Tenía bastante gente al principio y la evolución ha sido muy natural, sin apenas cambios», explica Trueba, que dirige el establecimiento junto a su mujer, Rocío Ruiz, desde hace 28 años.
La seña de identidad de Lagun Etxea es la receta de sus riquísimos huevos rellenos, «la misma que idearon mis abuelos». Toda una especialidad de la casa por la que llegan clientes de otros municipios para degustar el plato. En toda la comarca son bien conocidos. De hecho, es habitual vender entre 400 y 600 unidades en un fin de semana. ¿Cuál es el secreto de esta particular tapa? Se trata de un pintxo de huevo cocido con una mezcla de yema, jamón serrano y mayonesa, que después se reboza. Todo un manjar en la localidad marinera. «Y servido siempre caliente», recalca el gerente. «Los elaboramos continuamente porque siempre se piden».
A pesar de estar en el centro de Santurtzi, Lagun Etxea es «un bar de barrio», describe Trueba. «La mayoría son clientes de toda la vida y hay buena sintonía, se pasan muchos buenos momentos aquí. La gente dice que es su segunda casa», recalca Trueba, quien recuerda las rápidas de mus que se han celebrado en el bar hasta la llegada de la pandemia. Una cita que reunía una veintena de parejas para competir. En esas partidas había «muchas risas», pero el coronavirus cambió muchas cosas, y entre ellas, el modo de vida. «Ya no se come pronto para jugar una partida, se da más el poteo de la tarde», explica. Motivo por el que no se han recuperado las partidas.
La pandemia fue, precisamente, el peor momento por el que ha pasado el negocio. «Fue durísima, había mucha incertidumbre. Entre el cierre y las limitaciones de horario y aforo, el bar no tiraba para adelante», cuenta Javier, que tampoco obvia otras pérdidas, las familiares. Concretamente la muerte de su padre, con apenas 47 años, y la de su hermano, Mikel –afectado por esclerosis lateral amiotrófica (ELA)–, a los 38. «Pero en un negocio de cara al público hay que ser fuerte», expresa.
El bar ha logrado sobreponerse a todo y perdurar durante medio siglo. «Estoy muy orgulloso de toda la familia por haberlo mantenido tanto tiempo», apunta Javier. ¿Espera celebrar el 100 aniversario? «Para el centenario no estaré ni yo –dice entre risas–, pero estaría bien conseguirlo. Mejor vayamos poco a poco».
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