«Los ladrones aprovecharían cuando tiraban confeti y levantábamos las manos»

«Nos robaron el móvil a las tres amigas». Jessica, de 39 años, y sus amigas entraron a la fiesta a las ocho y media ... de la tarde y para las nueve ya le habían quitado el teléfono, valorado en unos 300 euros. No se percató hasta la una de la madrugada, pero al buscar «el móvil con el rastreador, me aparecía como que lo habían apagado a las nueve de la noche en Barakaldo». Ella cree que «los ladrones aprovecharían el momento en que tiraban confeti y muñequitos y todos levantábamos las manos para robarnos. Ahí te puedes despistar». En su caso, lo llevaba dentro de un bolso cerrado con cremallera y con solapa, «debajo del brazo». «No me enteré de cuando me lo robaron y no lo eché en falta hasta horas después porque estaba súper tranquila». A una de sus amigas se lo quitaron de la riñonera «y eso que la llevaba por delante».