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Diana Martínez
Abanto
Jueves, 21 de septiembre 2023, 15:21
Una melodía a piano se escucha desde los pasillos del frontón Txikito de Gallarta, en Abanto. El sonido lleva hasta la sede del coro Bodegón y al abrir la puerta se encuentra su fundador y director, Kerman Larruskain, cantando una canción de su repertorio. ... A sus 86 años (o 68, como afirma su nieta) domina las teclas y sus cuerdas vocales como nadie, reflejo de todo el esfuerzo que ha dedicado a su pasión desde niño. Desde los 11 que comenzó su andadura en la música, aún no ha parado ni piensa hacerlo. «A mí no me jubilan de aquí», exclama. Seguirá hasta que el cuerpo aguante –como reza una popular canción del grupo Mägo de Oz– y recordando con cariño los 75 años de su larga trayectoria rodeado de partituras.
1948 fue un año decisivo para Larruskain, cuando se embarcó en esta aventura que le ha acompañado toda la vida. Fue entonces cuando inició las clases de solfeo en la academia municipal, recibiendo más tarde lecciones particulares del ilustre músico Dionisio Borea. Y poco después, en 1951, participó en la Escolanía del fray Eloy Azkona, donde comenzó sus «pinitos coralistas». Desde entonces pasó por el Orfeón de Gallarta, el grupo de música que había en el regimiento San Marcial número 7 de Burgos, el coro parroquial, la banda de despreocupados y el Orfeón de Somorrostro. También estuvo al frente de un coro mixto en Llerana, Cantabria. Ha cantado y dirigido, ¿pero cuál disfrutó más? «Las dos cosas», asegura, aunque quizá se inclina más por el canto. De hecho, recuerda que cuando era solista en la iglesia su padre «se inflaba de orgullo» al oír su voz.
Uno de los pasos más importantes en su recorrido musical fue en la fanfarria Aldatz Gora. Desde 1980 enseñó solfeo, fliscorno y trompeta, y acabó dirigiéndola hasta que dimitió en 1995. No sin antes llevar al grupo a la cima. Y es que en 1987 la fanfarria acudió a concursos internacionales en Francia y Bélgica, logrando reconocimiento fuera de las fronteras españolas, así como premios y contratos para actuar en distintos pueblos galos. Se hicieron con más de una decena de galardones. Dos a la musicalidad, uno a la animación, seis primeros puestos, cuatro segundos y dos terceros en los certámenes de Condom-en-Armagnac, Rochechouart y Dahlen. «'De Bilbao tenía que ser', me decían al ganar», recuerda entre risas Larruskain.
Hay dos momentos de su carrera musical que verdaderamente le han marcado: su debut y el reconocimiento internacional. El Jueves Santo de 1963 salió por primera vez con la banda municipal a tocar. Pasó de estar acostumbrado a tocar sentado a hacerlo subiendo por Gallarta. «¡Y todo en cuesta!», comenta jocoso. Un recuerdo que «no se me olvidará nunca». Como el primer premio que se llevó la fanfarria en 1991 en Condom-en-Armagnac. «Traer a Gallarta la palma de oro y el diploma correspondiente fue para mí fue un espaldarazo».
Su carrera también ha pasado por componer (en concreto, doce canciones, todas mineras). La primera vez que el coro Bodegón –comenzó en el 2000, donde hoy sigue– acudió a la fiesta local de Burdin Jaia «cantamos habaneras porque no teníamos otra cosa. Y dije 'en unas fiestas del pueblo y en un sitio minero como Gallarta, ¿habaneras?'. Eso me pasa una vez pero no dos». Y empezó a buscar poemas sobre la vida minera para darles música. 'Relatos de un minero', 'Adiós vieja Gallarta' o 'Aquella vía txikita'. Esta última «se lleva la palma», dice entre carcajadas. «En Gallarta con ser tan pequeño hallo yo lo que no hay en Madrid, que atraviesa por medio del pueblo la línea del ferrocarril, si al cruzarla por algún motivo se descuida usted, una máquina viene y ¡PUM! le aplasta en un santiamén», canta el hombre.
«Todo lo que he hecho ha sido pensando en el pueblo», asegura Larruskain. Y ahora será el pueblo quien le agradezca su dedicación mediante un concierto homenaje. El próximo viernes 29, a las 18.00 horas, seis actuaciones formadas por el grupo de acordeones bilbaíno Arambarri Akorde On, la coral de la asociación de mujeres de Sanfuentes, el orfeón de Sestao, la coral Pleamar de Portugalete, la fanfarria Aldatz Gora y el propio coro Bodegón reconocerán su larga trayectoria en la música en la Ekoetxea de Gallarta.
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