Son 36 toneladas de acero, plástico, fibra de vidrio y goma tiradas en mitad del monte. Los restos de hidrocarburos en sus depósitos y el aceite de sus sistemas hidráulicos (hasta 350 litros) son un potencial peligro por su capacidad de contaminación. Se trata ... de una grúa de gran tamaño (con capacidad para cargar 50 toneladas) que permanece abandonada desde el 6 de mayo de 2019 en un paraje boscoso de Alonsotegi, cerca de la pista que da acceso al pico Akatza. El vehículo sufrió un accidente mientras participaba en unos trabajos relacionados con un tendido eléctrico. El camión rodó ladera abajo, causando heridas de consideración a un operario, que quedó atrapado entre los hierros y tuvo que ser rescatado por los Bomberos y evacuado al hospital de Cruces en helicóptero.
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Eso sucedió hace 20 meses y no ha habido novedades desde entonces. El mastodonte de metal permanece en el mismo lugar. Hasta ahora nadie se ha hecho cargo de su retirada. Algo que ha sorprendido a los vecinos del barrio de Zamundi y a varios usuarios del monte. «Es una vergüenza que este monstruo esté en mitad de la naturaleza y nadie haga nada», aseguraba una de las personas que a finales de noviembre se topó con el vehículo en el transcurso de una excursión.
¿Por qué la grúa sigue allí? El Ayuntamiento sostiene que es un tema complejo por varios motivos. En primer lugar, la zona es de difícil acceso. La grúa reposa en una pista a 180 metros de altitud, pero para llegar hasta ella con maquinaria pesada hay que vadear un río y subir por un camino en mal estado. Hace diez días, como pudo comprobar EL CORREO, la zona estaba embarrada por las intensas lluvias.
Por otro lado, según afirma el concejal de Medio Ambiente, Balbino Álvarez, existe «un problema jurídico» entre los propietarios del terreno (Kutxabank) y la empresa que ejecutaba los trabajos (Red Eléctrica Española). Además, añade, la firma dueña de la grúa está en concurso de acreedores desde hace años.
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A la oposición municipal (EH Bildu) no le sirven estas explicaciones. Sus concejales creen que hay «mucho de desidia y dejadez municipal» en esta historia, como sucede, denuncian, con el uso de los caminos públicos de montaña por parte de Red Eléctrica, que trabaja en la nueva línea Güeñes-Itxaso. El edil de Medio Ambiente se defiende y afirma que supo de la existencia de la grúa hace un mes. «Al día siguiente ya estaba haciendo gestiones para instar a su retirada», afirma. Álvarez recuerda que tomó posesión de su cargo tras el accidente. Con todo, este asunto no es nuevo en el Consistorio, ya que la coalición abertzale ha advertido en varias ocasiones del peligro que entraña el vehículo accidentado para el medio ambiente.
¿Qué va a suceder ahora? El edil cree que va a ser muy difícil que la grúa salga este invierno de los bosques del monte Akatza. «La meteorología no lo va a permitir». Y sostiene que es probable que haya que esperar al verano. Los dueños del suelo, por su parte, afirman no tener nada que ver con lo sucedido. «Es algo que ha caído en nuestra propiedad y que, lógicamente, queremos que salga de aquí de la mejor manera posible».
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