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Diana Martínez
Santurtzi
Viernes, 10 de enero 2025, 15:47
Ranzari, un taller mancomunado entre Santurtzi y Portugalete, surgió en 1987 con el fin de favorecer la integración sociolaboral de las personas que sufren una discapacidad psíquica en cualquiera de ambos municipios. «Estaban prácticamente vetados para incorporarse al mercado laboral, por lo que se creó un modelo que ha permitido una inserción plena con estabilidad emocional para estas personas y su entorno. Forman parte de una comunidad, se sienten valorados y ven que sus trabajos son útiles», declara el vicelehendakari y consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres –exalcalde de la villa jarrillera, donde ostentó la makila durante cuatro legislaturas–, durante una visita este viernes al taller, ubicado en el barrio de Kabiezes, junto a las alcaldesas de ambas localidades para anunciar una inversión de 1,3 millones de euros para fortalecer Ranzari; una partida que forma parte de los 77 millones que inyectará el Gobierno vasco en los 91 centros especiales de empleo en Euskadi que dan trabajo a 11.000 personas.
Este taller, con una plantilla de 196 personas, presta servicios de artes gráficas, actividades de manipulado de papel y cartón, conservación y mantenimiento de la jardinería, lavandería, limpieza industrial, digitalización de documentos y, actualmente, se ha sumado una nueva sección: ensamblaje de componentes electrónicos. Hace dos años que Judith Martín comenzó a trabajar en este espacio, en el área de jardinería perteneciente al ámbito de Portugalete. «Estoy muy contenta, somos una gran familia en Ranzari», expresa orgullosa de su trabajo, que le permite tener una «independencia económica».
Igual de encantado está Aritza del Corte, que apenas lleva ocho meses en la plantilla. Al principio se dedicaba a labores de pintura y mantenimiento de mobiliario en el término municipal de Santurtzi, pero como tiene estudios de informática se ha incorporado recientemente en la zona de electrónica. «Es interesante estar en una sección nueva», afirma tras señalar que está «contento con el centro, es un ambiente muy agradable que nos permite crecer en el ámbito personal y laboral».
La alcaldesa de Santurtzi, Karmele Tubilla, ha hecho hincapié en la importancia de «trabajar por una sociedad igualitaria». «Sin la ayuda de estos centros muchos chavales no podrían integrarse», recalca su homóloga en Portugalete, Marijose Blanco. Ese es precisamente el lema del taller: construir un mañana más inclusivo.
Para ello las aportaciones económicas de las instituciones son clave. El aporte de 1,3 millones «permitirá al centro continuar con su actividad económica», recalca Naiara Zamalloa, gerente de Ranzari, tras recordar que el año pasado se realizaron treinta contratos indefinidos.
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