Xabi Carpintero, campeón de culturismo: «Si no eres fuerte mentalmente, no puedes aguantar»

Este es el fruto de 18 años de «disciplina y constancia», valores que Carpintero tilda de trascendentales a la hora de dedicarse al culturismo. Su vida ha estado siempre ligada a los deportes: Ha practicado fútbol, artes marciales, etc. Su padre es nadador profesional y le empezó a enseñar a nadar con solo un año. Además, considera que su pasión por tener un cuerpo perfecto nació a raíz de los ídolos televisivos de su época. «Superman, Son Goku, Arnold Schwarzenegger o Jean-Claude Van Damme estaban todos muy fuertes y yo también quería ser un superhéroe», comenta. Desde entonces, los gimnasios se han convertido en poco menos que su segundo hogar.

El polideportivo de Santurtzi no es solo su lugar de entrenamiento, sino que también trabaja allí como monitor. En cuanto a sí mismo, dedica unas dos horas diarias a fortalecer su cuerpo durante seis días semanales, cuando está fuera de competición. Al preparar un campeonato de manera exhaustiva, entrena todos los días más de tres horas. Aun así, señala que «tampoco es un deporte que requiera mucho tiempo de entrenamiento, lleva más dedicación el tema de organización, alimentación o preparar comidas». Xabi Carpintero no contempla esto como «un sacrificio». «El resto lo vería así, como una dieta, pero es mi rutina, mi estilo de vida», apunta.

El santurtziarra incide en la importancia de «adaptar el culturismo a tu vida y no tu vida al culturismo». Es decir, no dejar de lado a la familia o los amigos por ello. Él ha tenido una hija hace seis meses. Esta enfermó al cabo de un mes de su nacimiento, lo que le hizo a Carpintero atravesar un bache anímico. «Ha sido la primera vez que me ha costado ir al gimnasio», dice. Aun así, «entrenar ha sido mi forma de evadirme de los problemas, si lo hubiera dejado, los problemas me habrían comido», añade. En ese sentido, enfatiza que lo más importante en el culturismo es el aspecto mental, si no eres fuerte mentalmente, da igual que tengas una genética prodigiosa, no puedes aguantar».

Tampoco se priva de ir a cenar con sus amigos, aunque se lleva su propio táper. Sin embargo, «a veces me dan envidia cuando se están comiendo una hamburguesa y yo estoy con pescado», reconoce. El que es culturista lo es las veinticuatro horas del día. Es por ello que le molesta el estereotipo que existe de relacionar este deporte con los anabolizantes. «Se creen que todo se consigue a base de sustancias ilegales, da rabia que no se valore todo el trabajo, la constancia, la rutina diaria y todo lo que hay detrás de lograr un cuerpo así, es un deporte que está muy estereotipado desde hace muchos años», sostiene.

Después de todo el esfuerzo que conlleva la rutina de un culturista y, sobre todo, de haber sobrepasado un periodo de desánimo este año, haber conseguido su segundo campeonato nacional en categorías distintas y de forma consecutiva, ha sido «un subidón increíble, he visto recompensado todo el trabajo del año». Aunque desearía que hubiera más reconocimiento de puertas para fuera.

«Cuando bajas del escenario, vuelves a la realidad, el lunes tuve que ir a trabajar, tengo que seguir sacrificándome, pagando la comida y el gimnasio…No está valorado, la recompensa es solo satisfacción propia», destaca. Ahora ha obtenido un billete para la preselección del Campeonato de Europa y confía en convencer al seleccionador para ser uno de los elegidos.