«Son unas fiestas de Gallarta para olvidar»

Desde que se hizo público el suceso, las denuncias no han hecho más que aumentar. El domingo dieron la voz de alarma a la Ertzaintza nueve familias. Una cifra que en esta mañana se elevó a trece y por la tarde alcanzó las diecinueve. Y no se descarta que siga esa tónica pues, según afirmaron a este diario fuentes cercanas al caso, el hombre actuó de forma «continuada».

Centenares de personas tomaron parte en la concentración de repulsa a pesar del mal tiempo y realizaron unos minutos de silencio que coincidieron con una tromba de agua que obligó a trasladar la protesta a un patio cubierto detrás del Consistorio. «Es una vergüenza que sigan ocurriendo estas cosas, no sé qué le pasa al mundo, la gente está loca», criticó Saray Muñoz, joven de 23 años que acudió este lunes a la convocatoria municipal para condenar lo sucedido.

El alcalde, Iñaki Urrutia, clamó contra el «comportamiento execrable» del agresor, que «aprovechando su superioridad sometió a tocamientos intencionados con fines sexuales a sus víctimas». Destacó, asimismo, la «valentía» de las jóvenes por «identificar y visibilizar rápidamente estos actos deleznables», y agradeció a sus familias por presentar las respectivas denuncias que permitieron la «pronta detención del culpable» de estos hechos.

Según denunciaron los progenitores de las jóvenes afectadas, el sujeto, encargado de verificar que los equipos de seguridad de la barraca estaban bien colocados, aprovechaba el momento para agredir sexualmente a las víctimas. La obligación del feriante era ir de habitáculo en habitáculo comprobando que todo estaba en orden. Una labor que debía hacerlo cada vez que subían nuevos clientes a la instalación, momento que supuestamente aprovechaba para realizar tocamientos en los órganos genitales de las chicas.

La barraca en la que se produjeron las supuestas agresiones –conocida como 'el saltamontes' o 'la rana'– es una atracción que se mueve a bastante velocidad y da fuertes saltos durante varios minutos. Tras conocer lo ocurrido, el Ayuntamiento de Abanto ordenó precintar tanto esta instalación como una segunda de la que era responsable la misma persona.

«No me gustaría estar en el pellejo de las familias y de las menores. El acto ocurrido en nuestras fiestas es tan despreciable que no tiene más que descalificativos. Esperemos que la Justicia tome todas las medidas necesarias. El machismo está tan arraigado, por desgracia, en nuestra sociedad en todos los espacios que hace falta un cambio muy drástico en la misma, así como en la justicia para acabar con esta lacra que se está empezando a convertir en una epidemia. La verdad, son un San Antonio y unas fiestas de Gallarta para olvidar», declaró Koldo Silva, de la formación independiente INDAZ.

El lamentable suceso volvió a empañar las fiestas de Gallarta, que comenzaron hace dos fines de semana con otro deplorable incidente, en el que un joven tuvo que ser hospitalizado por un ataque homófobo. La pareja, formada por dos hombres menores de 30 años, se disponía a abandonar el recinto festivo cuando fueron insultados por ir cogidos de la mano. Ambos recibieron un fuerte puñetazo y uno de ellos cayó, golpeándose la cabeza contra el suelo. Un triste desenlace para una época festiva.