La estación baracaldesa de Lutxana vuelve a buscar constructor para albergar un museo del tren

La reforma de la centenaria estación de tren de Lutxana, construida hace 130 años, y que conllevará que una parte de ella se convierta en un espacio de reclamo turístico, como centro de interpretación del ferrocarril, y en concreto de la línea de La Robla, podía estar ya iniciada, o a punto de ello, pero sin embargo busca de nuevo una empresa constructora que la lleve a cabo. Y es que este viernes se ha lanzado de nuevo la licitación para poder hacer frente a estos trabajos, con un incremento de 126.000 euros en el presupuesto, llegando a un total de poco más de 600.000, tras declararse desierto el intento anterior realizado a principios de año.

Esta iniciativa, para poner en valor la que en su momento fue la línea de vía estrecha más larga de toda Europa Occidental, con 335 kilómetros, por la que discurrieron durante décadas infinidad de toneladas de carbón procedentes de las cuencas leonesas y palentinas, para satisfacer el consumo de las poderosas industrias siderúrgicas de Bizkaia, se engloba dentro de las acciones efectuadas por el Gobierno vasco, en colaboración con la Red Ferroviaria Vasca-Euskal Trenbide Sarea y Adif, para impulsar distintos activos del patrimonio industrial de la Margen Izquierda.

Toda la obra se dividirá en dos fases, y estos trabajos iniciales pertenecen a la primera, que se centrará principalmente en rehabilitar parte del edificio y de sus inmediaciones para permitir su uso didáctico. Unas actuaciones para las que se ha fijado un plazo de ejecución de siete meses, y que permitirán resolver los problemas de accesibilidad de los actuales pasajeros, convirtiendo la zona en un espacio amable para los futuros visitantes que se acerquen a disfrutar de este museo dedicado al tren.

También se renovará la iluminación y se prolongará el recorrido del andén histórico existente mediante una plataforma pavimentada. Allí, y en la primera planta del edificio, es donde se instalará la futura zona de exposición del patrimonio ferroviario. Además, los terrenos en mal estado junto a la acceso principal que actualmente se usan a modo de aparcamiento improvisado se convertirán en un jardín con cerramiento.

Estas intervenciones y las que le seguirán en la segunda fase del proyecto, buscarán devolver la estación a su estado inicial, preservando el valor patrimonial, con una estética 'vintage' en muchos de los nuevos elementos que serán instalados. Como ya habían destacado, estas obras no interferirán en el actual servicio de pasajeros que se presta en este punto de Barakaldo, una de las paradas tanto del trazado de la línea 1 como de la 2 de Cercanías.

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