Los bomberos tuvieron que utilizar largas escalas para atacar el fuego desde arriba. Foto y vídeos L. Calabor

Un virulento incendio obliga a desalojar un edificio de madera en Balmaseda

El fuego se inició en un camarote, se extendió por el tejado y mantuvo en jaque a los bomberos durante horas por el riesgo de colapso

J. Dominguez

Viernes, 22 de diciembre 2023

El peor escenario posible en vísperas de Nochebuena y Navidad. Un incendio de grandes dimensiones ha obligado a desalojar un edificio de cuatro plantas en el centro de Balmaseda, frente a la iglesia de San Severino, manteniendo en jaque a los bomberos durante horas.

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Al ... cierre de esta edición las labores de extinción se mantenían activas por las dificultades para atacar un fuego que, según las primeras hipótesis, se habría iniciado en un camarote y extendido por el tejado. La estructura de madera del inmueble hacía imposible que las dotaciones antiincendios combatieran las llamas desde dentro del bloque de viviendas. Los bomberos tenían miedo de que pudiera «colapsar».

Las llamas se desataron alrededor de las 21.10 horas del viernes en el número 13 de la plaza de San Severino. Por causas que se desconocen comenzó a arder uno de los camarotes del edificio, según explicaron a este periódico el alcalde de la localidad, Alfonso San Vicente, y el responsable de Protección Civil, Enrique Pastor. El fuego se extendió rápidamente por el tejado, favorecido por la madera que sostiene toda la estructura.

De inmediato se desplazaron hasta el lugar dotaciones de Bomberos de los parques de Zalla y Urioste. La virulencia del fuego llevó incluso a Cruz Roja a desplazar hasta la zona un servicio de avituallamiento ante la previsión de que los servicios de extinción debieran permanecer en el lugar toda la noche. Las familias que habitan las trece viviendas en las que se divide el bloque, muchas de ellas en régimen de alquiler, fueron desalojadas para garantizar su seguridad. La mayoría pasaron la noche en casa de familiares, aunque algunas fueron realojadas en el hotel San Roque.

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Fotos cedidas por varios vecinos de Balmaseda E. C.

«Vivimos cuatro hermanos. Hemos oído gritos y hemos salido corriendo. Las llamas eran enormes. Se veían desde lejos», confesaba Francisco Cerón, vecino del primero, con el susto metido en el cuerpo. «Esperemos -añadía- que al vivir en el primero pueda volver a casa. Esta noche seguro que no regreso, pero es que en Nochebuena... nos íbamos a juntar más de veinte personas en el piso».

Temor por el casco antiguo

Muy cerca de él, Juan, otro de los residentes, no podía apartar la mirada de lo alto del edificio. Vive de alquiler en la cuarta planta y desde la calle podía ver cómo las luces de su árbol de Navidad parpadeaban aún. «He oído gritos y he salido con lo puesto. La perra y yo. Soy de A Coruña y mañana (por hoy) me marchaba para celebrar estos días con mi familia. En el piso se han quedado las maletas y hasta las llaves del coche. Si hace falta llamo a un cerrajero para que me abra el vehículo, pero yo estas fiestas las paso con la familia. Me voy y ya veremos cómo arreglamos todo a la vuelta porque soy autónomo y tengo aquí mi trabajo», explicaba.

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Las labores de extinción se centraron desde un primer momento no solo en apagar las llamas, sino también en evitar que el incendio se extendiera a los inmuebles cercanos. «Menos mal que esto ha ocurrido en una esquina del casco antiguo. Si llega a suceder en el centro no sé cómo habría acabado. Esto es un aviso. Aquí todas las casas son de madera», insistía el alcalde, Alfonso San Vicente.

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