El PNV y el PSE firman la paz en Barakaldo para gobernar juntos veinte años después

Los reproches y desencuentros entre ambas formaciones se han sucedido desde entonces en un clima de indisimulada tensión, superada ahora de la mano de la alcaldesa, la jeltzale Amaia del Campo, y el líder de la agrupación socialista en Barakaldo, Alfredo Retortillo. El acuerdo de gobierno firmado ayer por los dos mandatarios asegura al PNV una de las mayorías más holgadas en la historia del Ayuntamiento baracaldés. Podrá contar con 19 concejales en el pleno (11 propios y 8 del PSE) de los 27 que forman la Corporación.

Los socialistas vuelven así a asumir responsabilidades de gestión tras cuatro años en la oposición, en los que llegaron a romper su anterior pacto de estabilidad con el PNV -incluía el compromiso a apoyar los presupuestos y los proyectos de tasas- por desavenencias mutuas. Firmada la paz, el PSE rentabiliza también su repunte electoral en Barakaldo, lo que le permite regresar a la primera línea de su feudo más histórico en la provincia, después de perder el poder en una dolorosa derrota ante el PNV en los comicios de 2015 -la diferencia fue de apenas 70 papeletas-.

Para garantizarse un gobierno sin sobresaltos, los jeltzales han cedido poder a su socio con carteras de primer orden. El PSE estará al frente de cuatro de las once áreas en las que se dividirá el nuevo Gobierno. Retortillo, exconsejero de Turismo, será el segundo teniente de alcalde -tras el nacionalista Mikel Antizar- y actuará como concejal delegado de Vivienda, Planificación y Gestión Urbanística en una legislatura que tiene entre sus desafíos la renovación del Plan General de Ordenación Urbana.

Retortillo también estará al frente de la sociedad urbanística Eretza, un ente al que ya se refirió en las pasadas elecciones. Su objetivo, reflotarlo como un agente dinamizador del parque de casas vacías.

Ángel Madrazo se encargará de la Seguridad Ciudadana. Se trata del ámbito en el que más crítico ha sido el PSE con el Ejecutivo del PNV durante su etapa en la oposición, utilizando las movilizaciones de la plantilla de la Policía Local o los datos de delincuencia para buscar el desgaste del rival. La cesión de esta concejalía, clave en la dirección de un Ayuntamiento, constituye una oportunidad, pero también una patata caliente, teniendo en cuenta que la inseguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la ciudadanía en la zona metropolitana.

Los socialistas también serán responsables del área de Empleo, Cohesión Social y Gestión de la diversidad. Juan Antonio Pizarro, que además dirigirá la agencia de desarrollo Inguralde, se ocupará de esta relevante concejalía. Alba Delgado será la delegada del área de Desarrollo Sostenible y Medio Natural, un ámbito que irá más allá del Medio Ambiente e incorporará cuestiones como la movilidad. Por último, Eduardo Castañeda tendrá un cargo al frente del taller municipal USOA.

Los jeltzales mantendrán otros pilares de la gestión municipal como Obras y Servicios, Acción Social, Economía y Cultura. Además estarán al frente del Euskaltegi, el Instituto Municipal del Deporte, el Teatro Barakaldo y las escuelas infantiles, entre otros organismos.

El pacto alcanzado entre el PSE y el PNV tiene como base el acuerdo marco que las ejecutivas de ambos partidos alcanzaron en el País Vasco. Con todo se asemeja más a los modelos de Bilbao o Basauri que al de los municipios vecinos de la Margen Izquierda como Portugalete o Santurtzi, donde el PSE y el PNV respectivamente gobiernan con el apoyo del otro, sin compartir las principales responsabilidades de gobierno.

El acuerdo de Barakaldo fija cuatro prioridades para la legislatura: la creación de empleo, la reactivación económica o el sostenimiento de unos servicios de calidad.