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El cachopo es uno de los platos más típicos de la gastronomía asturiana. Una elaboración hecha con dos filetes de ternera rebozados, con jamón y queso en su interior, que admite numerosas variaciones, y que cada vez se puede degustar en más restaurantes de la provincia. Una moda a la que se han unido también numerosas carnicerías, ofreciéndolo ya montado a sus clientes, para cocinarlo en casa. Una de ellas es la que regenta Imanol Soto Ranero, con su hermana Nuria, en Sestao, en la calle Julián Gayarre, en pleno barrio de Kueto, donde presumen desde la pasada semana de su brillante participación en la segunda edición del concurso de cachopos de autor de Bizkaia, organizado por Okelbiz, la asociación provincial de carniceros y charcuteros.
Y es que lograron llevarse el primer premio en la categoría tradicional, con un cachopo con jamón ibérico y queso, y el segundo en la innovadora, con un relleno hecho a base de cecina, queso, cabrales, setas y pimientos rojos. Todo ello después de ser la única carnicería en obtener el pase a la final en las dos modalidades. «Fue un subidón, una alegría, estamos todavía muy contentos», ha declarado este lunes Nuria a EL CORREO, mientras recogía encargos y recibía la felicitación de numerosos clientes.
De familia carnicera y ganadera, Imanol, tras más de dos décadas de experiencia, decidió abrir su propio negocio en marzo de 2015, tomando el relevo de los Mateos, en un local que poco después reformó. Nuria, que había trabajado varios años en la hostelería y en residencias de ancianos, decidió acompañarle en esta aventura, y es la que se encarga de los elaborados, realizando croquetas, sanjacobos, pechugas rellenas, nuggets, pavo sazonado, pimientos rellenos y también cachopos.
Los venden desde 2019, cuando estrenaron el obrador, y ofrecen hasta 14 variedades distintas: con jamón y queso, a lo que añaden pimientos del piquillo, champiñones o cabrales; con jamón, queso y morcilla; con cecina y rulo de cabra; con jamón, salsa barbacoa, cebolla caramelizada y queso... «Voy probando y haciendo nuevos, y también los personalizamos según nos pidan los clientes», ha contado Nuria, quien ha asegurado que se pasó «un mes entero haciendo pruebas», hasta que dio con el que más le gustaba para la categoría de innovación.
Hechos a base de tenera «de calidad de Cantabria y Galicia», suelen recibir a diario numerosos encargos de sus clientes. «Raro es que los tengamos expuestos porque suelen venderse enseguida». Esta última semana, por el boca a boca del premio, han llegado a despachar «más de cien». «Esta es una carnicería de barrio, con gente de toda la vida, pero estos días han venido desde Zierbena, de Muskiz, de Portugalete, de Barakaldo...», ha declarado aún sorprendida Nuria, quien celebró el premio «cenando y comiendo al día siguiente también cachopo», ha afirmado entre risas, asegurando que tiene previsto seguir presentándose a más concursos. A su hija Idaira también le pirra este plato, y su madre recomienda freírlo «sin cubrir todo el cachopo de aceite». «Yo lo echo cuando está muy caliente, luego le bajo el fuego y cuando va a terminar lo subo otra vez y listo». Para chuparse los dedos.
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