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Diana Martínez
Barakaldo
Lunes, 5 de febrero 2024, 14:55
Los vecinos de Barakaldo se echan al monte Arroletza, que ya desde ayer, domingo, ha recibido cientos y cientos de visitantes por Santa Águeda. El buen tiempo animó a muchos fieles a calzarse las botas, coger la mochila y la 'makila' y subir hasta la ... ermita partiendo del barrio de Cruces -o por la segunda vía, la menos popular y más empinada, desde Kastrexana- para disfrutar del ambiente de romería en un día de tradición como este. Hoy, lunes, la ciudadanía volvía a alcanzar la cima de Arroletza, donde aguarda la ermita, a unos 200 metros de altura, en un rellano de las estribaciones del monte fabril.
El buen tiempo se ha repetido hoy, lo que ha motivado que, a pesar de ser un día laboral, cientos de personas acudan a esta cita, como Angélica Fuente, del barrio de Kastrexana, donde esta efeméride es «muy importante», afirma. «Subimos todos los años, es una tradición que va pasando de generación en generación», añade la mujer, ataviada en un traje clásico de la cultura vasca. Para ella esta jornada, en la que miles de fieles acuden a la ermita y disfruta del ambiente, es muy relevante, pues se casó en este templo. «Según cuenta la historia, a esta Virgen le cortaron los dos pechos, por ello es la patrona de las mujeres con problemas de pecho». Y por eso le pide «salud y paz para todos». Lo mismo pide Maika Belgara, del barrio de Cruces, que lleva acudiendo a esta cita «toda la vida», tanto con la familia como con amigos y el colegio. «Que no falte salud y trabajo», pide a la Virgen.
Alrededor de la ermita se encuentran varios puestos con productos artesanos, donde los vecinos han podido degustar de todo. Desde talos y quesos a repostería tradicional como el pastel vasco o las rosquillas, pasando por dulces como los habituales caramelos malvaviscos bendecidos. También han podido hacerse con el típico cordón de San Blas. Disfrutando de un bocata de chorizo estaban las bilbaínas Yolanda Eguzkiagirre, Mónica Díaz y Mariluz Castañeda. «Está buenísimo», afirman. La alcaldesa, Amaia del Campo, no ha faltado a la cita ni se ha resistido a tomar algo en los puestos que hay junto a la ermita. «Yo soy tradicional: talo de chorizo y txakoli», zanja.
Los puestos están a rebosar. Cristina Tejedor, al frente de Roskogintza, lleva plantada en el inicio de la subida por Cruces desde las 7.30 horas. «Aún es pronto, solo han comprado media docena de personas», comentaba hacia las 10.00, pero a partir de mediodía aumentan las ventas, sobre todo al bajar. «Llegan de la ermita, compran y van directos a casa», explica la mujer, que asegura que ayer hubo «muchísima gente». Lourdes Velado ha sido una de las primeras en bajar, con las rosquillas en la mochila. «Antes subía hasta la cima, pasando la ermita, pero ya soy mayor», comenta.
A lo largo del camino más puestos aminoran la subida para los excursionistas. Y en torno a la ermita es un «caos». Decenas de personas agolpadas en casa puesto para recibir su talo y su txakoli. Y, por supuesto, las famosas rosquillas de San Blas. Andrea y Óscar Ruano calculan haber vendido «500 paquetes». Aunque, aseguran, ayer vendieron más, pues calculan que, aprovechando el buen tiempo y que el próximo domingo coincide con Carnaval, «40.000» personas hicieron cima en el monte baracaldés.
«Debe mantenerse la tradición con la juventud, que esto no se pierda», apuntan Ángela Iglesias y Vicente Puente, dos veteranos de Sestao que a su ritmo y apoyándose en una cachaba repiten esta caminata «por recordar viejos tiempos», alegan. Vicente daba clases en el colegio La Siebe y acudía a esta cita con sus alumnos. En familia, con amigos o de forma individual, el goteo de visitantes ha sido continuo. «Es una pena que se pierdan las tradiciones, por eso seguimos subiendo», afirman las hermanas Irene y Eli. Parte de esta jornada es admirar «la belleza de la naturaleza, las vistas y disfrutar el ambiente», agregan Sergio Folgado y Ainara García, de Zorroza, con más de treinta años haciendo cima.
La jornada volverá a repetirse este domingo, como es habitual. A diferencia de este lunes, que la misa ha tenido lugar en cuatro ocasiones, el fin de semana se hará solo a las 11.00 horas. Como se ha venido realizando en los últimos años, para facilitar la subida a las personas mayores o a quienes tienen problemas de movilidad se ofrece un servicio de taxi gratuito hasta el templo, que se remonta hacia el siglo XV, época de la que datan los primeros testimonios que recogen su existencia. Aunque se cree que la estructura actual se erigió en el siglo XVII. La obra del pórtico fue realizada en 1870 y vivió algunas reformas en los años 1959 y 1996. La ermita alberga, entre otros tesoros, una imagen de alabastro de San Juliana de 83 centímetros de alto y 30 de ancho -fue restaurada en 2003- que los fieles identifican históricamente con Santa Águeda.
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