"¡Qué bien volver a levantar las persianas!"

La suya fue una de las pocas tiendas de gran tamaño, las llamadas medianas, que no abrieron parcialmente en el Megapark durante la fase 1, por lo que ayer los trabajadores se dedicaron fundamentalmente a acondicionar el local para las nuevas normas de seguridad. «Queremos recuperar la normalidad en la medida que se pueda, pero hoy es un día para estar alegre», ha manifestado Soria. También hubo sonrisas de felicidad en el local de Decathlon, aunque allí ya tenían abierto la pasada semana un espacio de 400 metros cuadrados, principalmente para la recogida de productos de venta on line. «Ya ha llegado el último bloque de empleados y estamos encantados porque entre nosotros siempre nos hemos llevado muy bien», ha defendido sonriente uno de los responsables del local de material deportivo, Gorka Cosgaya. Debido a su tamaño, 7.500 metros cuadrados, incluso al 40% de capacidad máxima este lunes tenían poco miedo de que el aforo se les quedara pequeño. Con todo, en el momento de la apertura les aguardaba una cola de más de medio centenar de personas. Entre ellos estaban Joseba Benítez y Alexandre Bravo, contentos de poder volver a pisar el interior de un local. «Venimos a por un neopreno para poder hacer surf este verano. No creo que eso nos lo prohíban, porque cuando estás encima de la tabla es muy fácil mantener los dos metros de separación con el resto», han asegurado los jóvenes.

También al interior de la zona outlet han regresado los clientes. La gerente del Megapark, Estíbaliz Amilibia, ha señalado que el 85% de las tiendas de esta galería ya estaban operativas. El resto lo harán entre el martes y el miércoles, a medida que vayan completando las tareas de adecuación. «Mucha gente ya vino la semana pasada para prepararlo todo», ha explicado Amilibia, mientras revisaba junto al resto del personal las medidas de seguridad como carteles indicando el aforo máximo de cada local, los expendedores de gel desinfectante o la señalítica en el suelo para garantizar los dos metros de separación. Algunas normas nuevas son el límite de un pasajero en los ascensores, salvo que se trata del mismo núcleo familiar. La directora del centro ha detallado que unos medidores a las entradas de las zonas comunes llevan un registro de los accesos para alertar al personal de seguridad en casi de que se acerque al 30% de su aforo máximo, unas 3.000 personas.

En la zona de restauración, donde los locales abren a partir del mediodía, continúan las obras de remodelación de cara a una reinauguración del espacio a partir de septiembre. En esta zona las trabajadoras de Juguetos han vuelto a colgar a primera hora del lunes el cartel de abiertos, ahora con mamparas protectoras en las cajas. «Estamos con mucha ilusión. Las mascarillas y las pantallas son un poco incómodas, pero ya nos acostumbraremos», ha afirmado una trabajadora, Mari Barrena.

También los clientes han reconocido su alivio al poder volver a poder disfrutar de un día de compras. Amaia Balboa se hizo con unas zapatillas en la tienda de Mustang al poco de abrir. «Se nota que han hecho un esfuerzo grande en desinfectar todo y en garantizar la seguridad. He estado muy a gusto comprando», ha asegurado esta vecina de Zorroza que, como trabajadora de una carnicería, se ha mantenido al pie del cañón durante el confinamiento. José Antonio García, por su parte, ha aprovechado para ir a Ikea a comprar unas almohadas y algunos productos más, ahora que la tienda vuelve a estar abierta. «He venido a primera hora para evitar colas, y aunque no he tenido problemas ya había bastante gente. En general daba una sensación de normalidad», ha apuntado. La misma estrategia de acudir a primera hora la han usado este lunes las vecinas de Mungia Olaia y Oihane. «Vamos a coger alguna cosa para el verano, como unas chanclas. Hemos venido pronto porque imagino que a primera hora estará todo más desinfectado», ha advertido Olaia.