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Hace justo 35 años que Mertxe Fernández vio por última vez a su marido, Francisco Herrera Jiménez. Ese día este trabajador de La Naval, nacido en Torremejía (Badajoz) y que llevaba dos décadas asentado en Barakaldo, salió de su casa y no regresó nunca más. ... No pudo volver a abrazar a ninguno de sus cuatro hijos: Pedro, Patxi, Iñaki y Rubén. Militante del PSE y antiguo secretario de la agrupación en la localidad fabril, apareció cuatro días más tarde en un paraje boscoso de difícil acceso del municipio, con las manos atadas a la espalda y ahorcado en un árbol.
Tenía 38 años, y a día de hoy sigue siendo toda una incógnita quién estuvo detrás de su muerte, ya que aunque se barajó en un principio que podría haber sido ETA, después de haber recibido numerosas amenazas por parte de la banda, su caso figura en un listado del Gobierno vasco de vulneraciones del derecho a la vida «de autoría confusa».
Sea como fuere, el Ayuntamiento de Barakaldo, que desde hace un tiempo de la mano de Gogora ha impulsado la celebración de homenajes a víctimas de los distintos terrorismos –ya lo hizo con el Holocausto nazi y con el franquismo–, realizó este martes un acto en su recuerdo con la colocación de una placa con su nombre, justo delante del portal número 2 de la calle Ibaizabal, en el barrio de Lasesarre, donde su desaparición y posterior asesinato dejó rota a su familia.
Arropados por representantes municipales de todos los partidos, salvo EH Bildu y PP, y tras el 'Agur Jaunak' interpretado por la Banda de Música Municipal de txistus, se llevó a cabo una emotiva ofrenda floral, en la que participaron Mertxe y tres de sus cuatro hijos. El pequeño, Pablo, falleció una década después de perder a su padre, con tan solo 19 años. Un nuevo golpe que superar. «No vamos a compensar ni cerrar heridas, eso es imposible, pero al menos que quede ese recuerdo para que nadie lo olvide, para que se vea que aquello sucedió, y que nos sirva a todos para que no se repita jamás», declaró la alcaldesa de Barakaldo, Amaia del Campo.
La regidora, pese a que de manera oficial no consta quién está detrás de la muerte de Francisco, se la atribuye a ETA, como así aseguró ante la prensa, y como reza en la propia placa. Este acto es el segundo que se realiza en la localidad fabril para honrar la memoria de las víctimas del terrorismo. El primero tuvo lugar en enero, cuando se colocó una placa en la calle Nafarroa con el nombre de Alfredo Ramos Vázquez, hostelero asesinado por ETA en 1980.
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