«Barakaldo se merece un cementerio mejor, hay zonas muy deterioradas»

El cementerio de Barakaldo está a las puertas de someterse a una de las mayores reformas de los últimos años. Este espacio, que abrió sus puertas en 1889, cuando el aumento de la población por la industria obligó a buscar otro espacio para los enterramientos, alejado de las inmediaciones de la iglesia de San Vicente, donde se daba descanso hasta el momento a los difuntos, sufrirá una intervención integral en los próximos meses, para ganar sobre todo en seguridad y accesibilidad.

Una actuación que el Ayuntamiento considera «muy necesaria», y que se llevará a cabo después de recibir numerosas quejas de vecinos, debido al mal estado de algunos puntos. Tras analizar la situación actual del camposanto, el Consistorio ha decidido llevar a cabo una rehabilitación prácticamente completa, a través de la elaboración de un plan de acción para el que en su inicio se destinará casi un millón de euros, en concreto 900.000, fondos procedentes del remanente tanto de Inguralde como de Barakaldo Kirolak, que han ido a parar a la 'bolsa común' municipal.

El proyecto, según ha podido saber este periódico, está diseñado, pero se encuentra en una fase de actualización, por la subida de los precios, entre otros motivos. Debido a la envergadura de estos trabajos, y también a su complejidad, por la singularidad de este espacio, y lo que representa, el proceso se llevará a cabo en varias etapas, dividiendo todo este lugar en seis zonas, en las que se irá interviniendo tanto en la mejora de la urbanización, colocando un nuevo firme para eliminar baches, como en la accesibilidad, la iluminación o el arreglo de los nichos.

«Esta es una obra muy esperada. En los últimos años hemos realizado alguna mejora pero es urgente seguir invirtiendo en esta instalación, que debe ser modernizada y adaptada a las nuevas necesidades de la ciudadanía en este ámbito. En este sentido, se ha solicitado un proyecto que iremos haciendo realidad en la medida de que se vaya disponiendo de capacidad económica para este fin», ha explicado el concejal de Obras y Servicios para la Ciudad, Jon Andoni Uria, remarcando que a las intervenciones iniciales «le sucederán más». Todo se hará permitiendo que el servicio esté en funcionamiento, evitando el cierre por completo del cementerio.

El año pasado se colocaron en este lugar cámaras de videovigilancia tras una oleada de actos vandálicos, y se reforzaron las puertas de entrada. Entre 2010 y 2012, con la consecución de varias obras, se reformaron algunos puntos del camposanto, un espacio donde muchos vecinos reclaman «una seria intervención». «La mayoría de los que venimos aquí somos ya mayores y tenemos que andar con cuidado, mirando al suelo», ha declarado Teresa Pacheco, empujando su andador.

Este espacio ha albergado en la mañana de este viernes a un gran número de visitantes con motivo de la festividad de Todos los Santos, pero también a diario es frecuentado por muchos vecinos, que acuden a recordar a sus seres queridos al lugar en el que reposan sus restos. Este es el caso de Ana Méndez, que ha aplaudido la obra que tiene previsto poner en marcha el Ayuntamiento. «Barakaldo se merece un cementerio mejor, hay zonas muy deterioradas». Lo mismo opinan Txeli Duñabeitia y Dan Sedán. Entre las principales quejas se repite la falta de un ascensor para bajar a los bloques de la parte inferior, «y sobre todo la falta de mantenimiento en las escaleras correderas para acceder a los nichos», tal y como ha señalado José Antonio Sánchez. Un elemento calificado como «peligroso» por muchos «A mis 73 años aquí me ves subida», ha apuntado Petra Hernández, limpiando en una quinta altura. «Falta le hace a este cementerio un arreglo en condiciones».

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