Barakaldo clausura de manera definitiva los túneles de Retuerto y Kareaga

Los túneles de Kareaga y Retuerto ya son cosa del pasado. El Ayuntamiento de Barakaldo dio ayer por finalizada la obra para sellar ambos subterráneos y sustituirlos por tres nuevos pasos de cebra en superficie regulados por semáforos, que ya están en uso.

La actuación, similar a la que se efectuó en 2017 en Burtzeña, ha sido fruto de un convenio de colaboración con la Diputación. La institución foral sufragó los 235.788,80 euros de los trabajos a cambio de que el Consistorio fabril pase a hacerse cargo de la carretera, que pasa a ser de titularidad municipal.

Las obras comenzaron en diciembre del pasado año, con el objetivo de cerrar los dos túneles ubicados en esta zona bajo la nacional 634. El primero de ellos estaba junto a las viviendas de Villa Castaños, en el barrio de Kareaga, y el otro en el punto en el que finalizan las viviendas de la calle Retuerto. Además de su cierre, la actuación ha permitido mejorar los itinerarios peatonales a lo largo de la carretera y ha supuesto la creación de una nueva zona ajardinada donde se ubicaba el acceso al túnel de Retuerto.

Los tres pasos de peatones habilitados se sitúan junto a los propios bloques de Villa Castaños, muy próximos al centro comercial Max Center, en Kareaga; en el cruce entre la nacional 634 y la calle José Vara; y en la calle Retuerto, entre el río Galindo y el antiguo paso soterrado que se anula ahora.

En el Ayuntamiento fabril advirtieron que el objetivo de la actuación será el de dotar de mayor seguridad a la zona, especialmente a las mujeres, y solventar los problemas de accesibilidad que generaban los túneles, dotados de escaleras.

Otros tres semáforos permitieron cerrar también los túneles de Burtzeña en octubre del 2017. Entonces fue otro convenio entre el Ayuntamiento y la Diputación el que otorgó al Consistorio 145.358 euros para su instalación en la nacional 634, a su paso por este barrio: uno a la altura del colegio de las dominicas, otro a la altura del batzoki, y el tercero donde acaba el puente con Zorroza. La medida dio respuesta a una petición vecinal recurrente desde hacía años.