Balmaseda revive con pasión su Vía Crucis

«Ha sido impresionante», afirma emocionado Aitor Martínez, que ha retomado la tradición familiar y participa en esta edición como el protagonista, Jesús. No es la primera vez que este fisioterapeuta de 27 años toma parte en la Pasión. Hace una década también fue el Cristo de la versión juvenil de esta representación. Hoy repite los pasos de su padre, Óscar, que tomó el papel principal de este espectáculo en 1992 . Esta vez, sin embargo, hace de Cirineo.

Los nervios estaban a flor de piel. Para las 350 personas que toman parte en el evento, pero sobre todo para Martínez, que retoma el papel principal. A las caídas es a lo que más «respeto» tenía. La primera y la tercera vez que ha tropezado con la Cruz de casi 80 kilos de peso se han dado sin mayor problema. No como la segunda. «Me he hecho daño en la mano y en la pierna derechas», cuenta tras culminar el Vía Crucis en el frontón municipal, donde ha recibido los aplausos del resto de actores y posteriormente, el cariño del público. Familiares, amigos y decenas de asistentes han querido poner la guinda a la cita haciéndose una foto con los actores.

La comitiva partió del frontón a las 9.30 horas hacia el Campo de las Monjas, donde Poncio Pilato (encarnado por Rafa Esnaola) condena a Jesús. Al son de los tambores, Aitor inicia el recorrido por el Casco Histórico cargando la pesada Cruz de madera. Al principio la portaba «bien», sin mayor problema, «cambiándola de hombro» cada dos por tres. «Hacia el final sí que se ha notado más el peso», asegura.

La acogida ha sido sensacional. Miles y miles de personas han acudido a la cita aprovechando el buen tiempo. Incluso estadounidenses o italianos, se congratula el alcalde, Aitor Larrinaga. «Los alojamientos de Encartaciones están al 100%. Si hubiera tenido que pedir que saliese de alguna manera, habría dicho 'que salga como ha salido hoy'», resalta el regidor, quien remarca la cantidad de asistentes que no han querido perderse el evento. «La explanada del frontón estaba a rebosar. Este año ha habido tanta gente como el ejercicio pasado, e igual incluso más».

«Es muy bonito, quería verlo con mi familia», afirma María Dolores Ramírez, peruana que ha disfrutado hasta el último momento la representación. «Es muy realista», añade. De la misma idea es Pedro Ruiz, vecino de Leioa, que acude por tercera vez a la cita. «Está muy bien de ver, se mezcla todo el pueblo y crean algo muy bonito. Hay que venir por lo menos una vez», indica.

La jornada también ha contado con algunas incidencias. Concretamente, «doce atenciones por lipotimias por el calor, tres de las cuales han tenido que ser trasladadas al centro de salud», explican desde Protección Civil. Los personajes, no obstante, no han necesitado asistencia. «Normalmente los atendemos por pequeñas contusiones o algún corte, pero han estado fenomenal».

Miles de espectadores aguardaban el último acto junto al frontón municipal para presenciar las últimas palabras de Jesús. A sus pies, agoniza la Virgen María, su madre (encarnada por su propia tía, Lourdes Martínez). «Ha sido estupendo. La crucifixión la ensayamos ayer por la mañana. Ha sido una liberación, con la multitud viéndote», relata Aitor. De hecho, estaba algo nervioso en el momento final. No por ser colgado a cierta altura («no tengo miedo», especifica), sino por la actuación. «Me decía a mí mismo 'Muérete bien, que no se note nada'», suelta entre risas.

- ¿Repetiría este momento?

- Hay que vivir la experiencia una sola vez para no perder la esencia. Haría de otros personajes, y hay que dejar que más gente pueda participar.